En el mes de septiembre de 1665 el Papa Alejandro VII convalecía de una grave enfermedad que casi le cuesta la vida.  Luis XIV, el Rey Sol, hacía lo propio tras una aparatosa caída de un  caballo. Y Felipe IV de España  empezaba el mes  con una disentería que acabaría dando al traste con su vida el día 17, jueves. 

El cronista que informa por carta, a un destinatario anónimo, de los sucesos acaecidos en Madrid, refiere que después de muerto (el Rey) le serraron la cabeza para embalsamarle y estando haciendo ésto abrió los ojos, con que dicen (que) dijo un curioso:  ha hecho en muerte lo que no había hecho en vida...

Para recibir las honras fúnebres, el cadáver se colocó en un gran salón con seis altares a los lados además de otro altar mayor,  donde se dijeron 800 misas en los tres días siguientes al del fallecimiento.
Dícese que no se hallaron en palacio 1500 reales, coste del embalsamamiento, y que hubo necesidad de buscarlos fuera. Tal era el estado de liquidez de las cuentas de la familia real y sus adláteres.
Se le enterró en El Escorial y en el trayecto algunos de los que acompañaban el féretro real iban  con mucha algazara y poca decencia. Una vez allí, se instaló un túmulo funerario muy alto....con 1500 hachas.

La Reina viuda Mariana de Austria quedaba como gobernadora y tutora de su hijo Carlos II. Parece ser que, muerto el Rey, decidió vivir de forma sencilla y  austera para conocer bien de sus vasallos por el mucho amor que los tenía.  Ordenó que le cortasen el cabello y vistiose de tercera bajo el luto....Prescindió de las damas que la servían prohibiendo, además, todo  tipo de galanteos  en la corte. 

Come en una mesa con el Rey, su hijo,...portándose como una señora particular. S.M. ha hecho (que) se hagan cocinas en lo alto de palacio y que las cocineras que nombrare hayan de guisar las viandas para mayor seguridad suya y de su hijo, por no querer (que)  haya cocineros,  por la mala fe que tiene en ellos.

Carlos II, el Rey nuestro señor, se cría muy lindo y gordo y es de muy buena salud, es inteligente y entendido, a juicio del cronista, porque para la poca edad que tiene, que aún no cumplió cinco años, ....habiendo entrado D.Blasco de Lozoya a las once y media del día con unos despachos, le dijo el Rey:  "despachad apriesa que tengo muchas ganas de comer"...

Comentarios

Entradas populares