Después de oir misa en Nuestra Señora de Atocha, el 26 de diciembre de 1629, Maria Ana de Austria, hija de Felipe III,  emprendía el largo viaje que la llevaría a convertirse en Reina de Hungría y Bohemia tras sus esponsales con Fernando III, heredero de aquellos reinos.

Las negociaciones para casarla con el Príncipe de Gales no habían llegado a buen puerto y se hizo necesario  buscar alianzas por otras vías. 

La comitiva de acompañamiento estaba formada por más de un centenar de criados, pajes, mozos, ayudas, camareros y  lacayos que cargaban con la ingente cantidad de objetos de plata, menaje de hogar, porcelanas,  cristal  o vestimenta que componía el ajuar de Maria Ana de Austria. No faltaban tampoco los afeites que diariamente necesitaba para su aseo personal y para el cuidado de su belleza, como frasqueras de vidrio con agua clara que duraron casi toda la jornada o dos cajones grandes con cosas de botica.

El 7 de enero llegaban todos a Zaragoza. El 21 del mismo mes se incorporaba el Duque de Alba como jefe de la expedición para emprender viaje de nuevo,  el día 28,  rumbo a Barcelona desde donde iniciarían un periplo en barco que les llevaría a distintos lugares de Italia.

Durante su estancia en Zaragoza los agasajos eran continuos: comedias, justas, torneos; ...la noche del 9 hubo en la ribera del Ebro toros encuetados y en el mismo río dos barcas de fuego artificial.

Refiere Juan de Palafox y Mendoza, cronista  y capellán de la futura Reina, que el viaje se alargó por espacio de 23 meses?. Los gastos de salarios y manutención del personal  eran cuantiosos, por lo tanto no es de extrañar que  se agradecieran especialmente los regalos comestibles que recibía la Infanta,  como aquél que le hiciera el Papa Urbano VIII que paso a detallar porque, sinceramente,  me ha sorprendido tal cuantía.
Cien carneros de Puglia, 50 terneras, 50 terneras de campaña, 200 pares de capones grandes o gruesos, 200 pares de capones ordinarios, 300 pares de palominos, 300 pares de pavos de India, 300 pares de pollos ordinarios, 300 pares de palomillas, 50 conejos vivos, 30 faisanes vivos, 20 pavos reales con sus colas, 200 presuttos que son unos salchichones hechos del magro del tocino, 200 perniles de Bologna, otros 300 perniles romanos, 25 quesos de Parma, 25 piezas de queso de Ribera, 200 quesos marzolinos de Florencia, 300 quesos de vaca grandes, 3.000 huevos frescos, 50 libras de manteca fresca, 10 pipas de vino de Orvieto, 2.000 frascos de vino de diversas suertes, 20 botas o pipas de malvasía de Candia, un arca de tazas grandes de vidrio de Venecia, 300 cargas de nieve, 100 melones dentro de nieve, una barca cargada de fruta de diversas suertes, pan , bizcocho, pastas hechas aposta para la Reina, 2.000 libras de confitura blanca, 50 libras de confitura blanca de Génova....Todo esto fue presentado en barcas pintadas con las armas de Su Santidad.

Por lo demás, transcurrido el viaje y las primeras jornadas de estancia en la nueva corte, el comportamiento de la futura Reina que, dicho sea de paso, no hablaba una sola palabra en alemán,  era del agrado de su familia política que solo le reprochaba que no le gustara madrugar.


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