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Mostrando entradas de julio 9, 2017
En el mes de septiembre de 1665 el Papa Alejandro VII convalecía de una grave enfermedad que casi le cuesta la vida.  Luis XIV, el Rey Sol, hacía lo propio tras una aparatosa caída de un  caballo. Y Felipe IV de España  empezaba el mes  con una disentería que acabaría dando al traste con su vida el día 17, jueves.  El cronista que informa por carta, a un destinatario anónimo, de los sucesos acaecidos en Madrid, refiere que después de muerto (el Rey) le serraron la cabeza para embalsamarle y estando haciendo ésto abrió los ojos, con que dicen (que) dijo un curioso:  ha hecho en muerte lo que no había hecho en vida... Para recibir las honras fúnebres, el cadáver se colocó en un gran salón con seis altares a los lados además de otro altar mayor,   donde se dijeron 800 misas en los tres días siguientes al del fallecimiento. Dícese que no se hallaron en palacio 1500 reales, coste del embalsamamiento, y que hubo necesidad de buscarlos fuera. ...
Corría el mes de enero de 1689 cuando los regidores de la ciudad  de Barcelona se vieron obligados a acudir, a través del virrey, a las mas altas instancias judiciales del Estado para tratar de resolver un asunto, a la sazón, complejo. Desde hacía casi tres meses un ciudadano francés, mercader de estampas y alhajas,  pululaba por la ciudad exponiendo su mercancía en el Pórtico de Santiago, que es el puesto más público y destinado para ésto. Acertó a pasar por allí un militar que  dio  aviso a la autoridad  al comprobar que entre otras  imágenes de los mayores príncipes de Europa,  estaban en venta unas  estampas vejatorias contra     S.M. el Rey    nuestro señor,  que Dios guarde, Carlos II. Jaime Gibert, que así se llamaba el francés, fue detenido y puesto a disposición de un juez que no sabía muy bien qué hacer con el reo al no existir precedente de un   delito tan atroz. Los expertos en leyes y doctor...