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Mostrando entradas de agosto 14, 2016
El 13 de septiembre de 1695,  el Obispo de Solsona  redactaba un manifiesto a  favor de la ciudad de Zaragoza y en contra de la decisión tomada por  su Arzobispo. Desde tiempo inmemorial  contaba la ciudad  con el privilegio de poner precio a la carne que se despachaba  en carnicerías y  abastos. El procedimiento era el siguiente: las autoridades locales compraban el ganado al por mayor  al precio más barato posible y  luego lo revendían al detalle  a los expendedores a un precio mas alto, de tal forma que las ganancias obtenidas  se destinaban a la administración de este servicio y a compensar las posibles pérdidas que se producían en los meses de invierno cuando las reses   enflaquecen. Y como es constante en buena Teología que todas las cosas vendibles tienen tres precios: uno ínfimo, otro mediano y otro supremo..... ,  Zaragoza tenía plenos poderes para señalar el precio supremo a la carne, mayormente cua...