Las buenas relaciones políticas y comerciales entre Carlos III y el Gran Turco se hicieron patentes a partir de 1782 con la firma del Tratado de Constantinopla. Muchos eran los temas a negociar y resolver, con lo cuál parecía conveniente constituir comités diplomáticos, si no permanentes al menos periódicos. Así las cosas, en ¿1787? el marqués de la Mina avisaba al rey del arribo a Mallorca de la embarcación en la que viajaba Alhí Muhamat, gobernador de Pera y consejero aúlico del Gran Señor, quien traía todas las credenciales en orden y solamente debía esperar a que S.M. accediera a recibirlo una vez cumplida la cuarentena preceptiva en el lazareto del puerto. Considerando que los gastos para el sustento de la delegación visitante, sin límite de tiempo, corrían a cargo del país anfitrión, los extranjeros venían cargados de regalos para el monarca y su familia en señal de gratitud. Alhí Muhamat traía consigo doce dromedarios, que es...
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