Las buenas relaciones políticas y comerciales entre Carlos III y el Gran Turco se hicieron patentes a partir de 1782 con la firma del Tratado de Constantinopla. Muchos eran los temas a negociar y resolver, con lo cuál parecía conveniente constituir comités diplomáticos, si no permanentes al menos periódicos.
Así las cosas, en ¿1787? el marqués de la Mina avisaba al rey del arribo a Mallorca de la embarcación en la que viajaba Alhí Muhamat, gobernador de Pera y consejero aúlico del Gran Señor, quien traía todas las credenciales en orden y solamente debía esperar a que S.M. accediera a recibirlo una vez cumplida la cuarentena preceptiva en el lazareto del puerto.
Considerando que los gastos para el sustento de la delegación visitante, sin límite de tiempo, corrían a cargo del país anfitrión, los extranjeros venían cargados de regalos para el monarca y su familia en señal de gratitud.
Alhí Muhamat traía consigo doce dromedarios, que es una especie de camellos salvo que tienen dos gibas, cargados con dos arcas de cedro, cada uno, forradas de terciopelo leonado....repletas de estofas, paños, especias y aromas de Asia...valorado todo ello en más de 350.000 pesos. Un hermosísimo elefante asiático de 38 años.....tan diestro y bien disciplinado que al son del laud hace en dos pies diferentes mudanzas de baile turquesco. Para cuidar del animal venían dos lacayos con sus mujeres e hijos, que todos son bellísimas criaturas.
Conducen, así mismo, en dos grandes jaulas, dos caimanes del Nilo, fieras jamás vistas en Europa, los cuales, aunque por su naturaleza son feroces, éstos están tan domésticos que se dejan manosear y meter el brazo en la boca. Son muy amigos del hombre, señaladamente de las doncellas con cuya visita braman y se ponen tan encendidos que se puede encender yesca en cualquier parte de su cuerpo; y si no los dejan ponerse de manos sobre los hombros, lloran como si fueran unas criaturas. Estas lágrimas son muy medicinales, señaladamente para las almorranas, callos y accidentes histéricos. Su principal alimento es la carne humana y con estos dos sobra para consumir todos cuantos difuntos haya en los hospitales de una ciudad muy populosa. Su excremento es tan fértil....que hace producir el ciento por uno. Afirma el cronista que son capaces, incluso, de digerir el hierro. Ambos ejemplares, macho y hembra, miden de largo 15 varas y por lo más ancho tienen el cuerpo de un buey.
Pero no acababa aquí la cosa. Doce caballos árabes con sus jaeces bordados en plata y oro. Con cada uno de ellos viene, también de regalo, un jenízaro, que es una especie de soldados valentísimos que hacen vanidad o presumen de vencer a siete hombres regulares...
Y también de regalo para S.M. seis doncellas georgianas, hermosísimas, de 9 cuartas y 3 pulgadas de estatura, vestidas a la persa, la mayor no pasa de 22 años. Muy hábiles, al parecer, en todo género de labor blanca, han tenido el honor de servir a la Gran Sultana algún tiempo, sin otro ejercicio que traerle las piernas cuando estaba con romadizo.
Para el cuidado de las doncellas vienen doce eunucos esclavos que son capones rasos y lisos como la palma de la mano, los cuáles, además de servirles de braceros o pajes de esponja, tienen el arte de la música y cantan admirablemente al son de todo género de instrumentos que igualmente tocan, menos flauta travesera.....
Ya en la década última del siglo XVIII, reinando Carlos IV, se ultimaban los preparativos para la llegada del bajá de tres colas (de caballo) Mustafá Eden, embajador del Gran Señor. Viajaba cargado de regalos para la familia real. Piedras preciosas, una colección de brillantes, entre ellos dos como huevos de pava, animales exóticos tales como 20 mulas atigradas, 20 leones, 4 tigres, un dromedario verdoso, elefantes, pelícanos....formaban parte del equipaje del embajador.
A juzgar por el numeroso séquito que le acompañaba, me atrevo a suponer que su estancia en España fuera permanente.
Más de 340 personas la numerosa familia, compuesta por sultanas, criados, soldados, letrados, intérpretes, escribanos, cocineros franceses, reposteros italianos, eunucos, cafeteros griegos, médicos ingleses, boticario muy particular......,sin olvidar a 30 concubinas, las 15 de ellas negras para el verano......
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