La controversia acerca de las corridas de toros no es nada nuevo. En 1786 el Consejo Real encargó a la Academia de la Historia elaborar un informe sobre los juegos, espectáculos y diversiones públicas. Gaspar Melchor de Jovellanos cumplió con el cometido y en 1790 envió a los peticionarios su informe final manuscrito que incluye algunas reflexiones interesantes que paso a resumir. Alanzar, bohardar y lidiar toros es una vieja costumbre. En las Partidas de Alfonso X ya se recoge como espectáculo o juego público, aunque en l a Ley 4ª de la Partida 7ª del Título de Los Infames se hace referencia a que este arte es ejercido por personas viles, pues cuenta entre los infames a los que lidian con bestias bravas por dinero. Hay constancia de que a Enrique III se le agasajaba en Sevilla con espectáculos taurinos que, al parecer, eran también del agrado de su hijo Juan II. Sin embargo, cuentan los cronistas que...
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