La cárcel de Béjar (Salamanca), allá por el año 1629, necesitaba una profunda remodelación, entre otras cosas para aumentar la seguridad y evitar que los reos rematados ( condenados) pudieran fugarse. Ejercía como alguacil mayor de la prisión Bautista Hernández, quien presionaba al duque de Béjar, señor del territorio y de la cárcel, advirtiéndole del mal estado de las instalaciones y de la posible huida de cuatro reos, condenados a muerte por ladrones, que estaban a la espera de ser ejecutados. Además de la reparación de las paredes, puertas y rejas, urgía aderezar las prisiones y hacer de nuevo esposas y un brete...., que no hay más que dos bretes y dos pares de esposas y son menester cuatro pares y tres bretes.... Ese mismo año de 1629, el duque autorizaba el inicio de las obras. Los gastos se repartirían según la costumbre ...
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