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Mostrando entradas de abril 24, 2016
En los primeros días de agosto de 1526, Carlos I firmaba, de su puño y letra,  una autorización  para edificar una casa de mujeres públicas en San Juan de Puerto Rico a instancia de D. Bartolome Conejo, quien alegaba que era preciso contar con una instalación de este tipo para preservar la honestidad de la ciudad y de las mujeres casadas de ella. El Rey, ante tan poderosa razón, accede y señala que...  habiendo la dicha necesidad, le doy licencia y facultad  para ello... Aunque nos parezca extraño e incomprensible, al menos en el siglo XVI, al que pertenecen los documentos consultados, la prostitución estaba considerada como una profesión de bajo rango, pero profesión aceptada por la sociedad del mismo modo  que la figura del rufián de mancebía (proxeneta). Solamente se penalizaba el ejercicio de ambos oficios  si se realizaba fuera de la "casa". En muchos lugares, tanto de realengo como de señorío,  se arrendaban las rentas de la mancebía de ...