CONDENAS Y EJECUCIONES. (Segunda y última parte): Aunque no todos los delitos estaban castigados con pena de muerte, llama la atención la severidad y desproporción (desde la óptica actual) de las sentencias condenatorias a mediados del siglo XVII , que es el periodo que nos ocupa. Los azotados se salen de la cárcel y se llevan por las calles acostumbradas. Y si han de ir a galeras, se vuelven a la cárcel. Y si han de ir desterrados se envían desde el lugar acostumbrado , dando fe de ello el escribano de turno. Los condenados a vergüenza pública y las mujeres habían de hacer el recorrido estipulado con un artilugio de madera llamado pie de amigo; este instrumento les obligaba a mantener alta la cabeza para así ser observados por la concurrencia. Tampoco se les consentía taparse la cara con los cabellos y guedejas. Cuando se condenaba a algún reo por actividad comercial fraudulenta, se le colocaba en el palo de la vergüenza ......,...
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