Carlos II y/o sus asesores decidieron publicar una Pragmática (1684) que regulaba, entre otras cosas, la vestimenta de los súbditos. Se prohibían atuendos lujosos con el fin de evitar los gastos excesivos en géneros, complementos o hilaturas procedentes de la importación y, a la vez, fomentar el consumo de productos nacionales. En 1691 se publicaba una nueva Pragmática ratificando lo contenido en la anterior. Ninguna persona hombre ni mujer, de cualquier grado y calidad que sea, pueda vestir.......géneros de brocado, oro, plata ni seda.....ni bordado ni puntas ni pasamanos ni galón ni cordón ni pespunte ni botones ni cintas de oro ni de plata, ....ni encajes blancos ni negros......perlas, aljofar ni otras piedras finas ni falsas aunque sea con motivo de boda.... Quedaban excluidos de esta prohibición los soldados de Caballería que estuviesen en la guerra o en actos concernientes a ella y los eclesiásticos en sus activi...
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