Parece ser que D. Tomás de Durana, encargado del abasto de pescado en la villa de Labastida (provincia de Álava) tenía serias dificultades para obtener la materia prima que los consumidores  demandaban. Por esta causa, Miguel de Moreno, representante vecinal, se puso en contacto con   Domingo de Achutegui, mercader de Bilbao, con el fin de solicitar que, en adelante,  fuese él quien   se hiciera cargo de surtir las abacerías locales debidamente.

 Se negociaron los precios y se le adjudicó el servicio. El  tal mercader,  tras un año de actividad mercantil,   recibía de los regidores la cantidad de 2.389 reales y 4 maravedís por las 16.400 sardinas   que había enviado a la referida villa, para su venta, a lo largo de todo  el año 1797.

Al tratarse de un abono de dinero público había que cuadrar bien las cuentas para no dar a lugar a equívocos;  por eso  era preceptivo un desglose por conceptos (precio del género, tributos, pérdidas...) de la cantidad total percibida por el   mercader.

  En primer lugar, de las 16.400 sardinas había que deducir por riesgos de caminos, a prorrata y según costumbre,  615  sardinas. Más  240 que quedaron inútiles e invendibles, resultando un total de 15.545 (1.295 docenas y media) aptas para la venta que, a razón de 10 cuartos (o 40 maravedís)  la docena,  suponía un total de 1.524 reales y 4 mar. de vellón. A esta cantidad habría que añadir los 8 mar./docena en cuestión de impuestos, resultando, por este concepto,  304 reales y 28 mar. 
Por otra parte, el valor de 30 varas de arpillera que vinieron con dichas sardinas,  a 2 reales y medio/vara, ascendía a 75 reales. Este tejido servía como envoltorio para el pescado y, una vez utilizado pasaba a manos de D. José Antono de Paternina y Arias, vecino de la villa que se dedicaba, entre otros negocios, al préstamo de dinero.

Bien, pues  sumadas las cantidades referidas (1524.. + 304.. + 75) resultó que Domingo de Achutegui  había percibido 485 reales más de lo que le correspondía. ¿ Por qué razón?. No la sabemos con total exactitud pero, vista la inconsistente  justificación de las autoridades locales que achacaron el desfase a un error de escribanía ( ...que se han dejado de poner en la cuenta mudada.....que tiene el escribano ), todo hace suponer que, ayer como hoy, hoy como ayer,  en demasiadas ocasiones los dineros públicos se esfuman sin dejar rastro . 

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