A PROPÓSITO DE LAS FERIAS:
Una comisión de expertos determinaba que el encarecimiento del precio de las carnes se debía a la presencia de intermediarios que se lucraban comprando ganado y vendiéndolo de nuevo a precios elevados. Así las cosas, el 23 de abril de 1552 el entonces príncipe Felipe II, rubricaba una pragmática en Toro mediante la cual .....mandamos que no hubiese revendedores de ganado.....A partir de la fecha del pregón de la orden quedaba prohibido comprar ganado vacuno en el reino de Galicia, principado de Asturias de Oviedo y montañas del reino de León para traerlo a las ferias y mercados en otras partes de estos nuestros reinos de Castilla, a venderlo en ellos.....
El resultado de esta ley tuvo el efecto contrario al que se pretendía. Su recorrido fue tan escaso que el 20 de marzo de 1553 quedaba derogada por medio de otra ley totalmente opuesta. La causa principal era que los criadores del ganado solían ser pobres y no les era posible desplazarse a los lugares donde se celebraban las ferias, por los excesivos gastos de viajes y estancias a los que tenían que hacer frente. En resumidas cuentas, los animales en venta disminuyeron y por lo tanto.....no hay abundancia de carnes en los lugares que se solían proveer de dichas ferias. Y no hallan de dónde se proveer....Como consecuencia de la escasez los precios se dispararon de tal manera que, a partir de la fecha referida, la corona concedía licencia y facultad para que cualquier persona pueda comprar todo el ganado vacuno que quiera en Galicia, Asturias y León para traerlo a Castilla a vender....
La única limitación que se establecía y que debían observar los regatones (revendedores) era la prohibición de revender las reses en los mismos lugares donde las habían comprado.
En los mercados se movían importantes sumas de dinero. A mas transacciones comerciales mayor recaudación a favor de la corona que, por la cuenta que le tenía, intentaba tener contentos a los comerciantes. Entre 1582-1583 se tomaron importantes acuerdos sobre ferias y mercados. Para ello, se pidió opinión a los mercaderes más relevantes a través de un cuestionario. Se empezaba, entonces, a reflexionar acerca de la conveniencia de celebrar ferias en Madrid y no en Medina del Campo; también surgía la propuesta de organizar tres mercados anuales de 33 días de duración cada uno, en vez de los dos de 50 días de franqueza que estaban teniendo lugar.
Cobraban en ese momento los bancos un interés de cinco al millar (0,5%) por los préstamos de contado.
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