A finales de 1688 arribaba a las costas de Cádiz un navío de bandera danesa cargado de esclavos negros para su venta a los hacendados españoles. D. Francisco de los Ríos y Córdoba, conde de Fernán Núñez...., gentilhombre de la cámara de S.M. y gobernador de Cádiz en lo político y militar, adquiría a un módico precio uno de esos esclavos, llamado Ôquere Ôsinu.
Al parecer, este joven era el hijo primogénito de un rey o régulo bárbaro de su tierra, Fanti, en el reino de Mina. Su padre y rey había muerto en una escaramuza contra una tribu enemiga.
El joven príncipe y otros muchos prisioneros fueron vendidos a los dinamarqueses y embarcados en el puerto de Cormantín con destino a Europa.
El comercio de esclavos fue práctica habitual de las potencias europeas hasta el siglo XIX. Españoles, ingleses, portugueses, franceses, holandeses y, en menor medida, suecos y daneses compitieron por las pingües ganancias que reportaba esta actividad. Navíos y más navíos surcaron el Atlántico cargados de esclavos, procedentes de Angola, Congo, Mina, Loango, Cabo Verde...., con destino a Cartagena de Indias, donde se había establecido un almacén de negros. Cuando el comercio de esta ciudad decaía, por razones estratégicas, .... fueron haciendo almacén de negros en Jamaica y Curaçao.
La mayor comodidad y baratura con que los hallaban allí los españoles, les fue acostumbrando a tomarlos de los holandeses... sin que de muchos años a esta parte, hayan ido navíos nuestros a la compra o rescate de negros..... Y la referida compra o rescate se hace por los europeos que, en la costa de los negros, tienen poblaciones....Y también donde no las tienen, como antes hacían los españoles, tratando con los reyes o magnates de los negros.
Y queda visto hacerse continuamente la guerra unos a otros, siendo uno de los principales fines que en esto tienen, el cautivar y vender después los que en la guerra han cautivado......Y trocarlos por escopetas, pólvora, balas, cuchillos, machetes, flechas y algunas rosas, espejos y otras cosas semejantes...
Todos estos datos figuran en un informe que el conde de Fernán Núñez, puntilloso él, mandó elaborar cuando decidió ceder el famoso esclavo, para entonces llamado Francisco Rey, a su amigo y confidente Gregorio de Silva Mendoza, duque del Infantado.
Además del informe referido, en un auto judicial se recogen las declaraciones de varios testigos...que le reverenciaban, compañeros de fatigas del joven príncipe, constituyendo una prueba fehaciente de la autenticidad de su regia naturaleza.
Del mismo modo, fray Salvador de Baeza, declaró bajo juramento que Francisco Rey había llegado, herido (a principios de 1689), al hospital de San Juan de Dios, y que no había sido bautizado entonces, aunque él lo deseaba, por no estar bastantemente instruido en los misterios de nuestra fe.
Estos documentos, debidamente sellados y firmados de escribano público, más una misiva personal, acompañaban al esclavo en su traspaso a un nuevo dueño.
La carta, fechada en 16 de junio de 1689, incluía algunas impresiones del remitente acerca de la personalidad del joven.
Tiene cosas singulares.. ..Y, a mi parecer, en todo lo que cabe a su color y barbaridad, es digno de los años que tiene....
Acá reparamos es muy jactancioso.......Al mostrarle objetos valiosos no parecía sorprenderse, afirmando que su padre había tenido mucho, mucho de eso....
No hay en él palabra que se pueda contradecir con razón ni que no sea digna de aprecio.........gustando todos de oírle sus cosas.
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