LA DUQUESA ILUSTRADA.

María Josefa Alonso Pimentel, duquesa de Benavente y de Osuna por matrimonio, además de madre practicante (cosa poco habitual entre sus coetáneas pertenecientes a las altas esferas de la nobleza), fue una mujer culta, resuelta, amante de las artes y las letras, creadora y mantenedora de importantes tertulias literarias en la villa de Madrid durante  los años finales del siglo XVIII y las primeras décadas del XIX.

Contaba con un corresponsal asalariado en París que le informaba de las novedades editoriales en diferentes materias. Se llamaba Charles Pougens, escritor, impresor y librero que, en más de una ocasión, aprovechó la amistad de la duquesa para lograr sus objetivos. Era un personaje adicto a los reconocimientos por una curiosa razón:  lucir en su pecho mientras mas   insignias, mejor.

 Guardaba la duquesa en Madrid la colección completa del periódico francés Journal des débats desde su aparición en 1814. En 1829 se prohibió introducirlo en España; sin embargo, lejos de resignarse,  ella y sus contactos encontraron la fórmula para que continuara recibiendo los ejemplares  de incógnito.

Entre otras  publicaciones a las que María Josefa estaba suscrita  en París, podemos citar: Journal des modes, Museé des familles, La Mode, Courrier des dames (en junio de 1829 decidió no renovar la suscripción a este último periódico). En esas fechas se le enviaba la cuarta entrega  de las Memorias de los Contemporáneos;  la nueva novela de Walter Scott "Carlos el Temerario" y  los tomos 4,5, 6 y 7 de la Historia de Escocia (2ª parte). Recibía también el tomo 10 del Diccionario Geográfico y los tomos 11 y 12 de las Memorias de la duquesa de Abrantes, quedando a la espera de que se publicaran El espejo de mi tía y Robert de París,  de Walter Scott. Y he aquí que, estando próximo el verano de  1829 se esperaba la salida a la venta, por entregas,  del Journal d´un voyage à Tombouctou, de René Caillié. El corresponsal parisino informó de ello a la duquesa pero ella rehusó adquirirlo respondiendo con un escueto "no quiero esta obra", sin mas explicaciones.

María Josefa era, además, generosa con sus amistades y gustaba de la exclusividad. Cada año adquiría 250 botellas de Champagne que le enviaba monsieur Moet. En 1829 su precio era de 17 reales la unidad (4 francos y 25 ct). También recibía periódicamente desde  París  té Choulang (sic) verde (32 francos la libra) y té Pekoe negro (20 francos la libra), ambos de caravana. En 1831 pidió  una docena de botellas de vino de Ayse para probarlo.  Mr. Pougens, de gustos refinados, en una ocasión  le envió una muestra de  platos de porcelana china que en el día son de última moda en París, pero, a pesar de la insistencia del francés,  no fueron del agrado de la duquesa y se limitó a zanjar el asunto diciendo No me han gustado...y además son muy caros....

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