PREVENIR EL PECADO EN FILIPINAS:
Siendo arzobispo de la iglesia metropolitana de Manila el reverendo padre Diego Camacho y Ávila, por su cuenta y riesgo publicó un edicto prohibiendo las comedias, saraos, danzas y escuadrones de mujeres mozas de 12 a 15 años.....con el propósito de suprimir los riesgos de pecado que traen consigo estos festejos..... Esta decisión la comunicó a Madrid por medio de una carta dirigida al recién llegado al trono, Felipe V , el 8 de junio de 1701). El rey agradecía los desvelos del arzobispo pero le reprochaba que no se lo hubiese comunicado a la Audiencia de aquella ciudad, siendo como era el organismo que ostentaba la mayor autoridad civil así como la representación del rey.
El 13 de abril de 1704 Felipe V promulgaba una cédula ordenando que en la regulación de los festejos interviniera también un juez de la Audiencia. A esta institución, a su vez, se le encomendaba la censura de las comedias, de modo que sólo se permitiera representar aquellas en que conste no contener cosa que desdiga de buenas costumbres, que excite a culpas o sea inhonesta e indecente o contenga proposiciones injuriosas....
Así mismo, quedaba prohibido representar comedias en la noche. Y había que suspenderlas si, aún siendo de día, llegaba la hora de las oraciones. Las mujeres de más de diez años no podían interpretar papel alguno. Tampoco se permitía a las mujeres mozas, casadas o solteras, que salgan a solicitar en las casas de los españoles el adorno de los comediantes....,por los muchos pecados que con este motivo se han cometido. Las comedias, danzas y músicas de los sangleyes quedaban terminantemente prohibidas por estar llenas de idolatrías y superstición.....Y porque las danzas no pueden ser de hombres y mujeres mezclados.
Las penas por contravenir el decreto podían ser de excomunión mayor, cincuenta azotes y dos meses de trabajo en la real fundición. O doscientos azotes y dos años de galeras si los condenados eran indios, mestizos, japones, sagleyes o de cualquier otra nación. Las mujeres se castigaban con dos años de reclusión en el colegio de Santa Potenciana.
En junio de 1708 tomaba posesión del arzobispado fray Francisco de la Cuesta diciendo que debía de mandar y mandaba que se guarde y cumpla y ejecute la disposición real de 1704. El prelado hacía, al respecto, esta curiosa reflexión: Las representaciones cómicas son ellas mismas arte diabólica.....porque de la concurrencia de hombres y mujeres en donde se representan comedias....se experimentan muchas ofensas contra Dios...por el concurso mismo de entrambos sexos, ..... El enemigo común no cesa jamás de soplar incentivos con que abrasar las almas en el fuego infernal de la concupiscencia de la carne.....
Comentarios
Publicar un comentario