Don Nicolas Javier de Olivares, caballero de la Orden de Santiago, como propietario de los ingenios (industrias siderúrgicas, en este caso) de Liérganes y La Cavada, mediante Escritura Pública fechada en 5 de noviembre de 1726, se comprometió  a fabricar material de artillería, balas y otras municiones de hierro colado hasta consumir 57000 quintales de materia prima en un período de seis años, entre el 1 de abril de 1727 y la misma fecha de 1733.

En 7 de octubre de 1727 firmó una  Escritura de Asiento y  se obligó a fabricar y conducir 2463 caños de hierro colado  para la fontanería del Real Sitio de Aranjuez.

De igual forma, entre enero de 1728 y diciembre  de 1732, le fueron encargadas nuevas remesas de caños,  3111 en un primer pedido,casi dos años  mas tarde otros 1660 y  para finalizar 2934. El total de estas tres entregas se utilizó para construir la red de conducción de aguas en el Real Sitio de San Ildefonso.

Se fabricaron en total 10168 cañerías, utilizando para ello más de 60000 quintales de hierro, los que, en un principio, estaban destinados a fabricar las referidas  piezas de artillería.

Ante la imposibilidad de cumplir todos los compromisos en tiempo y forma, el propietario de las fábricas se vio en la necesidad de suplicar  al Rey una ampliación  del plazo de ejecución de los encargos, porque es, de todo punto, imposible si no se ponen en marcha  nuevos ingenios .



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