Recien inaugurado el reinado de Felipe IV (1621), los nobles, en alguna de las recurrentes ceremonias palaciegas,   rendían  pleitesia y  juraban obediencia al nuevo rey.  

No eran pocos los  miembros de la alta nobleza de la época. A saber, 23 duques Grandes de España, 19 marqueses y  condes con Grandeza, además de otros 48 marqueses y 69 condes sin ella. Todos ellos, unos más que otros, con influencia y poder, del mismo modo que los almirantes, adelantados, condestables, priores, obispos, caballeros de ordenes militares, consejeros..... Todo un abanico de personajes que tenían en sus manos el devenir político, económico y social del país.

A nada nuevo asistimos cuatrocientos años después, salvo al cambio de nombres.

Tradicionalmente los reyes solían agradecer, a los miembros de la nobleza,   los  favores recibidos otorgando privilegios que, generalmente, les eximían de pagar alguno de los tributos vigentes en el momento de la concesión. Otras veces, como veremos, los privilegios eran de lo mas curioso y su valor, meramente simbólico.

La taza con que S.M. bebía en la comida del día de Reyes, se le entregaba al marques de Villena por privilegio de Castilla.

Al conde de Cabra le correspondía el vestido que lucía  la reina el día de Pascua de Resurrección o, en su defecto, 50.000 maravedíes.

El día de Reyes, el conde de Salinas come a la mesa del rey sentado y descubierto....y se le da el vestido que, ese día, se pone S.M.

A la condesa de Palma se le entregaba el vestido que elegía  usar la reina el día de Nuestra Sra de Septiembre o 50.000 maravedíes.

El conde de Oropesa podía  llevar el estoque del rey, desnudo, delante...por toda Castilla en actos públicos. Lo mismo que el conde  de Sástago en Aragón.

Cada año, durante la celebración de la fiesta de los Reyes, el duque de Medinaceli recitaba  un memorial pidiendo de ellos el reino como legítimo heredero de Enrique y demás reyes de Castilla. Tal memorial  remítese al Consejo Real y no se trata más de ello.

Cuando al almirante de Castilla se le ofrece ir a Consejo Real, entra con espada, lo cual no se permite a otra persona; y el presidente le da asiento junto a sí a la mano izquierda.

Ningún Grande ni sus primogénitos pueden ser conocidos por ningún delito ni presos sin orden expresa por escrito de S.M.. 

Una de las disposiciones que recogían los Fueros de Vizcaya era que cuando el rey entrase en territorio de esta provincia, siempre sea con el pié derecho.

Comentarios

  1. Cuanso se habla de entrar con el pie derecho a esta provincia ¿ Se incluye al resto de Euzcadi y Navarra?

    Todo muy ilustrativo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares