D. José Pellicer de Tovar, caballero de Santiago y Cronista del Rey, escribía una carta que iba dirigida, probablemente,  al Muy Poderoso Señor, Vuestra Alteza Felipe IV.  
En esta carta, fechada en Madrid el 4 de septiembre de 1656, comunica  al regio destinatario que, finalizada la lectura que  le había encomendado del libro intitulado "Porfiados desengaños y desdichas de Bernardo del Carpio", no solamente no encuentra impedimento sino que suplica al Rey que se conceda al autor, D. Juan Baños de Velasco y Acevedo, licencia para imprimir la obra considerando los beneficios que puede reportar, en el futuro, su divulgación.

 Muestra un escepticismo, más que razonable, hacia la veracidad histórica de  la figura del protagonista  Bernardo del Carpio.  

.....O ya sea cierta la identidad de su persona, según afirman algunas historias antiguas, o ya  incierta como aseguran otras modernas, sus acciones o sean verdaderas o inventadas, siempre dieron mucho que aprender a los españoles para el escarmiento o el ejemplo...

Resume  para el soberano el argumento, del que hace un curioso análisis:

El legendario personaje  se  presenta desterrado, huído, sin estados propios, con un padre fugitivo y una madre  recluida violentamente con el velo de religiosa. Siendo como es un príncipe tan inmediato a la Casa Real de León, se ve obligado a vivir del sudor de su espada y a construirse  el castillo del Carpio. 
Soldado arrojado y valiente, el más excelente capitán de su siglo, fue el asombro y el horror de los moros de Extremadura y de Andalucía. Se considera  libertador del reino que estaba a punto de caer en manos de Carlos el Magno. 
...Para que Francia no quedase superior a España en haber producido un Roldan, le hace morir a manos de Bernardo en Roncesvalles....

Por todas estas cualidades merece la pena, ajuicio de Pellicer, tomarlo como ejemplo y como escarmiento para que los príncipes aprendan a no fiarse demasiado de la seguridad de  su cuna porque, algunas  veces, puede ocurrir que les sea preciso alimentarse de sus fatigas....

De estilo recalcado y grave, elegante y  conciso, la versión de Juan  Baños, cuenta con una proporción cuerda y decente a las materias que trata. La utilización de aforismos arrimados a la historia o máximas muy a propósito hace que hallen ellos, los leyentes, la senda de lo que deben imitar y lo que pueden huir.....Las referencias a la política las juzgo por seguras y ejemplares. No hay, en el libro, nada que pueda oponerse a la pureza de nuestra sagrada religión católica.
Por todo lo referido, es de esperar que V.A. le honre con la licencia......Este es mi sentir.


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