D. José de Carbonell y Fogassa, bibliotecario y maestro de idiomas de la Real Sociedad de Ciencias de Madrid, había contribuido a redactar, a mediados del siglo XVIII,  las 50 Ordenanzas que regulaban  el gobierno de la institución. 

Los ilustrados gustaban de atesorar, en las bibliotecas que regentaban, un buen número de libros impresos o  manuscritos   que, al fin y al cabo, constituían  el único medio de saciar sus ansias de conocimiento.

Carbonell, ilustrado y gran humanista, guardaba entre  sus archivos  un extracto, copiado de su puño y letra en el idioma del texto original  - francés-,  de las teorías que defendía el danés Corneille de Pauw en relación a las causas del  color de los negros.

Veamos algunas de ellas y juzguemos, antes de condenar,  desde la perspectiva del siglo que nos ocupa.

El líquido cefalorraquídeo es negruzco; la glándula pineal casi enteramente negra; el lugar de donde parten  los nervios ópticos tiene una coloración  marronácea;  la sangre de los negros  es de  un rojo mucho mas oscuro que el   nuestro. El líquido biliar y el esperma de estos hombres-simios también es más oscuro, sombreado o negro que en el resto de los individuos. Esta materia colorante del esperma es tan tenaz que solo desaparece después de cruzarse con blancos durante cuatro generaciones.


La capa reticular de la dermis de los negros consiste en una mucosa muy  densa, mas viscosa que la del resto de los hombres. He ahí la razón por la cuál la grasa subcutánea no puede atravesar dicha membrana  con facilidad y se filtra con mayor lentitud empleando, en el proceso, mucho  tiempo.  A esta causa achaca,  el autor del texto original, el aspecto  oleaginoso y engrasado de la piel negra que, cuando suda, despide un olor fuerte y desagradable a causa de que el sudor arrastra pequeñas partículas de esta grasa rancia que se localiza  entre la dermis y la epidermis.

Otro tanto ocurre con el pelo, de  raiz bulbosa, que, por la misma razón,   encuentra serias dificultades para atravesar la capa reticular. Es por esto que se riza y  se retuerce. Y no crece porque el medio en el que se encuentra carece de nutrientes.

El pulso de los negros es vivo y acelerado. Sus pasiones son fogosas, inmoderadas, excesivas... a las que  la razón no pone freno.
Los estrechos límites de su memoria y la debilidad de su espíritu los hace tan diferentes de los blancos como su aspecto y  el color de su piel .....

Hay que decir que Pauw aseguraba  que la coloración  negra de la piel había surgido como consecuencia del calor excesivo al que estaban expuestos los habitantes del continente africano.




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