La crítica situación económica heredada de la mala gestión de los validos de Felipe IV, se vio agravada durante el reinado del siempre incapaz, Carlos II.

El 10 de febrero, sábado,  se publicaba la baja de la moneda. El "soplillo" de mejor ley y peso que valía 8 maravedís pasaba a valer 2 y  quedaba anulado el soplillo  de peor ley y menor  peso. Las confusiones y dificultad  que provocó esta  medida se zanjaron por parte del corregidor de Madrid D. Francisco de Herrera  Enríquez ordenando  que cualquiera de las dos calidades de la referida moneda se redujera a 2maravedís.

Luego se siguió bajar el doblón, que pasaba de 110 reales a 98. El real (de plata) de a 8 (reales) que corría por 29 (maravedís cada real), bajó hasta 12 (maravedís).

Fue éste terrible golpe porque,  aunque el fin era sumamente necesario a los mantenimientos y mercaderías........., por ser tan díficiles los medios que con  ciencia y justicia se debían prevenir y practicar que, aunque se deseaban disponer, no fue posible, por cuya razón los más ...no creían la resolución.  Destruyó lo más y mejor del reino porque lo inferior, ateniéndose a que no se ponía limitación de precios, siguieron  como estaban, recibiendo en buena moneda lo que habían dado con mala... El porcentaje  de moneda falsa en circulación, por entonces, rondaba el 60 %.
Fue resolución peligrosa....

Pocos días después se hizo baja en la carne de carnero, que pasaba de 18 cuartos/libra a 12 cuartos. Lo mismo ocurrió con la carne de vaca que se pagaba a 14 cuartos y bajó hasta 8.
La libra de pan que rondaba los 17, llegó a valer 8 cuartos o, incluso,  menos.
Los mercaderes de artículos diversos que se asentaban en la puerta de Guadalajara, rebajaron ligeramente los precios de aquellas mercancías  que habían comprado a plata. A las que habían adquirido en moneda de vellón, se les aplicó  un descuento de aprox. una tercia parte de su valor anterior.

En 15 de junio se publicaba una pragmática para que las  hierbas y  pastos se redujesen al valor que tenían en el año 1633, mirando a que bajasen (de precio) carnes, corambre y carreterías...Se disponía, asimismo, que esta ley se aplicara con carácter retroactivo desde enero de 1680.

Al cabo de un par de meses de la  puesta en marcha de la devaluación de la moneda, se ordenaba retirar de la circulación el soplillo y que se depositara y registrara su depósito para poder trocarla en vellón y satisfacer a sus dueños debidamente. La desconfianza y el temor, por otra parte bien fundado,  a no percibir el efectivo correspondiente al cambio, hizo imposible que la medida llegara a ejecutarse como estaba previsto.

Las reformas  económicas se vieron  acompañadas de una especie de crisis de gobierno con cambios en algunos "ministerios".

La sede del Consejo Real se trasladaba a Barajas.
El rey elegía como su primer ministro al duque de Medinaceli, verdadero artífice de la reforma monetaria  a pesar de que su nombramiento se producía días después de laentrada en vigor de la devaluación de la moneda.
D. Juan de la Puente, gobernador del Consejo Real de Castilla,  fue sustituido por Fray Juan Asensio, obispo de Ávila y religioso de la orden de la Merced.
 La presidencia de Hacienda se dio a D. Carlos Ramirez de Arellano, hasta entonces miembro del Consejo Real.
D. Antonio de Monsalve, presidente de Hacienda,  pasó  a ostentar la presidencia de la Cámara.

Si bien se tomaron medidas de carácter proteccionista, los resultados demostraron que no habían sido las adecuadas. En 1684 los asesores  de turno del último de los Austrias llegaron a prohibir el uso de ropajes y joyas de lujo elaboradas con materiales de importación.  Así, además de evitar una apariencia de  fasto impropio, se pretendía favorecer el consumo de los tejidos (lana, lino, estameña, paño pardo....) de factura nacional, mucho más modestos, por cierto.  Pero como el común de los mortales no tenía acceso, ni de lejos, a esos artículos caros que se importaban, la medida no tuvo apenas impacto positivo y el consumo interno se mantuvo, más o menos,  como estaba.






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