Tener un amigo influyente en la corte constituía el aval principal para asegurar la buena marcha de los negocios del duque de Béjar, Juan Manuel López de Zúñiga.
El marqués de Monreal, casado con una dama francesa (a la que se refiere en las cartas como "mi paisana") y padre de un hijo, era un militar de alta graduación del cuerpo de Guardias de Corps y, por ende, su deber consistía en garantizar la seguridad de los monarcas, Felipe V e Isabel de Farnesio.. Se puede decir que entorno a los años 30 del siglo XVIII, vivía pegado a SS.MM., lo que le permitía encontrar la ocasión idónea para solicitar mercedes para sí o para sus íntimos como el duque de Béjar.
Hablaré mañana al mismo fin.....a la persona que usted sabe y al confesor de la reina, nuestra señora, que me parece son los conductos mas proporcionados para el merecido éxito que deseamos...., Siendo menester mantener el secreto ......no quisiera mirones para estas líneas y por evitarlos, ceso....
Los ministros dicen que necesitan de mentir y no les podemos creer....En la corte se mudan los bastidores del teatro con la ligereza que las señas del tiempo....Solo prevalece el que mas complace, de cuyo rumbo parece se aparta el que menos debiera....
Los ministros dicen que necesitan de mentir y no les podemos creer....En la corte se mudan los bastidores del teatro con la ligereza que las señas del tiempo....Solo prevalece el que mas complace, de cuyo rumbo parece se aparta el que menos debiera....
De todos modos, el tráfico de influencias, cohecho, malversación de dinero del común o trato de favor se convirtieron desde antiguo en prácticas habituales que, habida cuenta de sus excelentes resultados, perviven a día de hoy sin ningún género de escrúpulo.
Gabriel Bernardo de Quirós, marqués de Monreal, era culto, refinado, correcto en el trato y agradecido. La nutrida correspondencia que mantuvo con el duque de Béjar deja entrever curiosos detalles de la vida en la corte del primer Borbón.
En 1729 y hasta 1733 la familia real y toda la corte se trasladaba a Sevilla. Allí nacía la princesa Maria Antonia Fernanda en noviembre del año 1729.
Se ignora enteramente a donde nos encaminaremos luego que, cumplidos los 40 días del feliz parto de la reina..., SSMM puedan salir de palacio...Y si alguno lo sabe, que lo dudo, se hace generalmente tanto misterio como si fuese de la marcha de un ejército a la vista de sus enemigos, lo que nos ocasiona perjuicio e incomodidad para nuestras disposiciones domésticas y mucho gasto inútil .....
En la primavera de 1730 los monarcas pasaban una temporada en la ciudad de Granada desde donde, casi a diario, se desplazaban al Real Sitio del Soto de Roma recorriendo a caballo las más de ocho leguas de distancia en un tiempo récord de cinco cuartos de hora (ida y vuelta). Este periplo diario se hacía con el único fin de practicar la caza para distraerse. No le gustaba al rey Granada. Además, la ciudad estaba alejada de sus cazaderos favoritos, razón más que suficiente para abandonarla y acomodarse de forma provisional en el palacio del Soto de Roma que, dicho sea de paso, a pesar de tener unas dimensiones considerables no contaba con estancias suficientes para albergar a la familia y a todo su séquito.
Estamos alojados en cortijos a más de dos leguas unos de otros....Hállanse SSMM tan bien en este real sitio como mal en Granada porque según me dijo la reina.....en aquélla ciudad cada día se quejaba el rey de dolor de muelas, de cabeza o de estómago. Y ahora se ha recobrado del todo....
Los reyes han llegado esta noche de una batida donde han estado, al pie de Sierra Morena, muy gustosos aunque se empantanó el coche de SSMM....Los paisanos, en vez de mulas, las cuales se habían acobardado y hundido hasta los pechos en el lodo, lo sacaron a brazo.....(5 de enero de 1730).
Hoy han muerto los reyes un faisán y un mirlo, de que vienen muy gustosos y todos buenos (14 de abril de 1730).
Al parecer, la caza era la actividad favorita del rey y la única que atenuaba los síntomas de su delicada salud menta.
Hoy han muerto los reyes un faisán y un mirlo, de que vienen muy gustosos y todos buenos (14 de abril de 1730).
Al parecer, la caza era la actividad favorita del rey y la única que atenuaba los síntomas de su delicada salud menta.
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