La muy sufrida Catalina de Aragón no podía adivinar el trágico destino que le esperaba cuando,  con apenas 15 años, aquél otoño de 1501 llegaba a Londres para desposar al príncipe heredero de Inglaterra, Arturo Tudor. La prematura muerte de éste a los pocos meses de contraer matrimonio, dejaba a la princesa en una suerte de rehén de la corona británica en tanto en cuanto se daban por finalizadas  las   arduas negociaciones entre el   rey Enrique VII  (padre de Arturo y de Enrique VIII) y  Fernando el Católico, padre de Catalina. 

Tras un complejo proceso que no viene hoy  a cuento,   se convertía en la prometida del nuevo príncipe de Gales y heredero al trono, Enrique VIII. La situación de incertidumbre y el trato que se le dispensaba a la princesa,   pasaba factura a su salud física y mental. 

El 25 de agosto de 1504  Hernando, duque de Estrada, enviaba una serie de cartas  a la reina Católica,  Isabel, desde Windsor... donde, al parecer,  había llevado el rey (Enrique VII) a la señora princesa a holgar.....
Y allí estuvieron doce o trece días yendo los más de ellos a parques y a florestas, a caza de gamos y ciervos. 
Y de allí volvieron a Richmond todos juntos y así estuvieron otros ocho días, de los cuáles estuvo mal dispuesta la señora princesa tres o cuatro, de cabeza y mal de estómago.
Pero luego estuvo buena y partió el rey a Westminster y dejó allí al príncipe y trajo consigo a la princesa.....
 Y después de estar allí algunos días pasaron juntos a Greenwich.....donde le dio a la princesa unas  tercianas bastante rigurosas....que hoy, día después de Santiago, hasta ahora no está libre de la enfermedad...y se le ha, algunas veces, agravado...señalando a cuartana...Con todo dicen los físicos que presto, con ayuda de Ntro Señor, será sana.
Hace cuatro semanas que le vinieron las tercianas y en este tiempo le han venido grandes romadizos y tiene alguna tos. La han purgado dos veces y probado a sangrar otras dos, una del tobillo y otra del brazo, y de ninguna sacaron sangre; no se sabe si fue por defecto del oficial que es un licenciado que está aquí por físico de su alteza...
Está con tanta gana que la sangren que piensa verse sana a la hora......

Parece ser que la enfermedad de Catalina preocupaba sobremanera a Enrique VII (estaba en juego una jugosa dote) hasta el punto de que en su  ausencia enviaba emisarios de su total confianza a visitarla....y a ofrecer, si fuese menester, que se juntasen todos los físicos del reino.
 Y así muchos cumplimientos.....que  se tornaban en desprecios cuando el rey inglés consideraba  que la llegada del importe de  la dote, desde España, se demoraba más de lo previsto.

 Fernando el Católico recibía cartas de su hija llenas de amargura (fechadas entre 1505 y 1509).....Creo vuestra alteza se espantará de lo que he pasado....
Como a vuestra alteza tengo escrito, lo que a mas desventura siento es de verme de tal manera y que no haya quien lo contradiga; y si hombre fuera este embajador que vuestra alteza aquí tiene, no había él  de consentir que,  aunque nunca con el príncipe me hubiere de casar...,estar en este reino con tal compañía....que me empacho solo de pensarlo....
No le quiero dar mas pena de la que por las cartas pasadas a vuestra alteza he dado...
Suplico a vuestra alteza..... mande remediar la extrema necesidad mía...
Por amor de Nuestro Señor que mire como soy su hija y que después de Él yo no tengo otro bien ni remedio sino a vuestra alteza...
Con lágrimas diré que el rey de Inglaterra, mi señor, no es obligado a darme nada y aún de comer me da por su voluntad porque vuestra alteza no ha cumplido con él en los dineros de mi casamiento...Yo le dije que creía que en viniendo el tiempo vuestra alteza cumpliría; díjome que estaba por ver.... 
Señor, que yo estoy en la mayor pena y congoja del mundo....
He vendido unas manillas para hacer una ropa de terciopelo negro que andaba toda desnuda, que después que  de allá partí  nunca he hecho sino dos ropas nuevas.

Así mismo suplico a vuestra alteza me mande un fraile de la orden de San Francisco...que sea letrado para confesor porque como a v.a. he escrito otras veces, yo no entiendo la lengua inglesa ni la sé hablar....A este respecto previene a su padre del inconveniente de carecer de confesor porque ha seis meses que he estado a la muerte...aunque ahora estoy algo mejor...., no de todo punto sana....(22 de abril de 1505).

 En 1509, al fin,  contraían matrimonio Enrique y Catalina.  El  29 de julio   escribía a su padre haciéndole partícipe de su alegría. El tono de las misivas había mejorado en la misma proporción que el estado anímico de la princesa,.....Ha me vuestra alteza tan bien casado....que a v. a. beso las manos por tan singular merced......
Suplico ....que envíe al rey, mi señor, unos tres caballos:  genet (raza española), y el otro de Nápoles y el otro jerezano???...porque los desea mucho.....
Estos reinos están con mucha paz y tienen mucho amor al rey, mi señor, y a mí, su alteza (sic), pasando siempre el tiempo en continuas fiestas....
Tiene v.a. al rey, mi señor, y a mí (por) muy verdaderos hijos...

 Ese mismo  año (1509) se quedó embarazada. Cuando su padre Fernando el Católico supo la buena nueva, no cabía en sí de gozo y escribía a su hija en estos términos ....Hemos habido mucho placer ...por haber sabido de vuestra preñez......Y en especial por el descanso y contentamiento del dicho serenísimo rey nuestro hijo (Enrique VIII)....Era la cosa que al presente más en este mundo deseábamos.....

No faltan en la carta consejos para que todo llegue a buen término......Y en tanto que estuvieseis preñada no conviene que os toméis trabajo de escribirnos de vuestra mano porque todas las primerizas han de mirar en guardarse mucho más que las otras....Pero esta vez no hubo suerte y  la princesa sufrió un aborto.

Entre 1507 y 1509 Catalina se convirtió en la mejor embajadora de su padre proporcionándole cumplida información de las comidillas de la corte de Londres.
Me mandó (Enrique VII, aún rey de Inglaterra) avisar a vuestra alteza cómo por vía de Francia y aún de España le han escrito que el rey de Francia trabajaba en manera que si la reina de Castilla, mi hermana Juana, hubiese de casar (había enviudado de Felipe el Hermoso), fuese con el conde de Foix. 
Y díceme que diga a vuestra alteza ....que esto sería gran inconveniente para el estado de v. a. y de la reina y de sus hijos. Que entrando franceses.....sería meter un cuchillo  en ese reino y nunca  vuestra alteza  podría estar en él seguro....(7 de julio de 1507).






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