Los Reyes Católicos, siempre atentos a las necesidades de los peregrinos y romeros que transitaban por el camino francés que va a la ciudad de Santiago, al tener noticia de que el funcionamiento de los hospitales del camino no era el deseable, encargaron a su capellán Juan Bermúdez que visitase algunos de los dichos hospitales y nos trajese relación de cómo eran administrados.


Al parecer, los  peregrinos y romeros para quien los dichos hospitales fueron hechos, no eran recibidos ni hospedados según debían y según la disposición de los reyes de gloriosa memoria, nuestros progenitores.....



La cuestión era tan simple  como que las rentas procedentes  de propios, bienes raíces, muebles, semovientes, fueros o derechos que debían destinarse  a proveer y mantener los hospitales se malversaban yendo a parar a los bolsillos de particulares que se enriquecían de forma ilícita. Nada nuevo bajo el sol en este sentido.


Tras conocer los resultados del  informe inicial del capellán, los RRCC encargaron al comendador de Merodio, vecino de Palencia, que recorriera los hospitales desde los confines de estos nuestros reinos hasta la ciudad de Santiago y procediera a examinar las cuentas, nombrara nuevos administradores en caso necesario, ordenara obras de rehabilitación, mejorara las dotaciones...; en fin,  todas las  reformas  que considerara  conducentes a ....recibir y hospedar a los pobres y  peregrinos y romeros para que se les den los mantenimientos que hubieren menester y curar sus enfermedades....


Otorgaban, asimismo, los monarcas potestad al comendador para castigar a los administradores corruptos e imponer penas de hasta 10.000 maravedís para la nuestra cámara.

Se pretendía, en resumidas cuentas,  una profunda reforma  de los centros asistenciales tendente a evitar la corrupción. En 1501 ordenaban al bachiller Espinosa, nuestro capellán, visitar los hospitales de peregrinos de Málaga con el mismo fin.

Tras unos cuantos años, en 1529, el conde de Benavente, Alfonso Pimentel, redactaba una ordenanza para que en el hospital de Nuestra Señora de la Piedad de la referida villa no se atendiese a los vecinos ni a los criados de la casa del conde; de esta forma se trataba de poner todo el esmero y los recursos en  el cuidado  a los peregrinos.



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