Aprovechando la triste actualidad que los recientes fenómenos meteorológicos han puesto de manifiesto, voy a dedicar el artículo de hoy a recordar algunos episodios similares que ocurrieron en el pasado. Sirva ésto como sincero homenaje a las víctimas de las lluvias torrenciales en todos y cada uno de los lugares donde han sufrido y aún sufren sus consecuencias.
El 22 de septiembre de 1661 se inundaba la ciudad de Málaga. El río Guadalmedina rompió un puente de cantería......, otro de madera..., un lienzo de la muralla..... Se inundó el convento de Nuestra Señora de la Victoria. Se derribaron más de mil casas y perecieron más de mil doscientas personas.
Aunque en menor medida, también sufrieron las consecuencias los lugares de Motril, Antequera, Alpujarra...
En junio de 1681 cayó una centella que dio fuego al alcázar de Segovia ...donde se quemaron cuatro salas y una de ellas era la armería en que había armas para 10.000 hombres....Pero de éstas se preservaron muchas...
El viernes 29 de agosto de 1698 hubo gran tempestad en Valencia con tormenta de piedra, agua y abundante aparato eléctrico. El nivel del mar subió y algunas embarcaciones quedaron destruidas; la piedra que caía era de gran tamaño llegando a pesar 12, 18 y hasta 20 libras (me permito suponer que el cronista querría decir onzas) . El agua corría por las calles de pared a pared. Sólo en la ciudad se estimó que habían caído 16 o 18 rayos. Perecieron muchos animales y grandes extensiones de cultivo quedaron anegadas.
La tarde del 14 de julio de 1701 hubo terrible tormenta en Madrid. Truenos y centellas cayeron sobre la ciudad; una de ellas en el convento real de Santa Isabel, que dio en la media naranja de la iglesia y quemándola, se hundió. Otra que cayó en el campo mató a tres pobres segadores. Según el cronista, esta tormenta sólo fue comparable a la que había caído la tarde del entierro del conde duque de Olivares (10 de agosto de 1645).
A mediados de septiembre del año 1731 empezaron a producirse tormentas generalizadas en Valencia. El agua fue recibida con gran contento debido a la sequía y al excesivo calor que se venía padeciendo desde antes de San Juan. Pero llovió demasiado y el río Turia se salió de su cauce provocando graves daños en zonas como Alberique, lugar del duque del Infantado.
En Aldaya y Alacuast el agua derribó muchas casas y perecieron tres hombres.....
Definitivamente, "el tiempo está loco".
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