El primero de octubre de 1588, desde su recién inaugurada residencia de San Lorenzo de El Escorial, Felipe II pedía a las autoridades locales de la muy noble y muy mas leal ciudad de Burgos, cabeza de Castilla....que enviaran, con la mayor presteza y brevedad, médicos, cirujanos y boticarios de Burgos y su distrito.....a Santander.
La Armada al mando del duque de Medina Sidonia había arribado al puerto, tras la derrota sufrida en aguas de Inglaterra, con más de tres mil enfermos sin (contar) otros muchos heridos que precisaban asistencia médica urgente además de vituallas y regalos ( alimentos considerados entonces casi medicinales conocidos como golosina: pasas, orejones, cacao...... ).
Tan necesaria era la presencia de personal sanitario en la ciudad portuaria que el monarca enviaba la petición por varias vías ........,aunque lo he encargado al arzobispo de Burgos y al obispo de Pamplona....he querido encargaros y mandaros como lo hago...
La colaboración de ciudades y villas relativamente cercanas a Santander, en este caso, fue determinante para aminorar los efectos de la tragedia.
Dos de los marinos de mayor prestigio de la Gran Armada perdieron la vida en este trance: Miguel de Oquendo y Juan Martínez de Recalde.
Dos de los marinos de mayor prestigio de la Gran Armada perdieron la vida en este trance: Miguel de Oquendo y Juan Martínez de Recalde.
La ciudad de Burgos había sufrido con especial virulencia los envites de la peste entorno al año 1565. Esta contingencia junto con la hambruna subsiguiente a las malas cosechas, originó una considerable reducción de la población.
En septiembre de 1592 Felipe II visitaba varias plazas de Castilla. Durante la estancia en Burgos llamó su atención la cantidad de casas que había sin habitar.
Dos años más tarde, un 6 de octubre de 1594, reunidos en la casa de Torre de Santa María los miembros de la plana mayor de la ciudad bajo la presidencia de Jerónimo de Montalvo, su corregidor, redactaban un escrito dirigido al rey que rezaba......Por la variedad de los tiempos ha venido esta ciudad a tanta disminución de vecindad y hacienda como en todo el reino es conocido, a cuya causa y por falta de premio no acuden médicos como cuando había mas vecindad y hacienda........, de que se ha sentido y siente la falta en la cura de los enfermos......, lo que al parecer se remediaría con dar un honrado premio a un médico...y sin él no viniera ni pudiera comodamente ganar de comer....
Dos años más tarde, un 6 de octubre de 1594, reunidos en la casa de Torre de Santa María los miembros de la plana mayor de la ciudad bajo la presidencia de Jerónimo de Montalvo, su corregidor, redactaban un escrito dirigido al rey que rezaba......Por la variedad de los tiempos ha venido esta ciudad a tanta disminución de vecindad y hacienda como en todo el reino es conocido, a cuya causa y por falta de premio no acuden médicos como cuando había mas vecindad y hacienda........, de que se ha sentido y siente la falta en la cura de los enfermos......, lo que al parecer se remediaría con dar un honrado premio a un médico...y sin él no viniera ni pudiera comodamente ganar de comer....
Considerando que las rentas que recauda el municipio eran escasas al no disponer de propios y apenas cubrían los gastos ordinarios, no se les ocurría otra solución que detraer 600 ducados en cada un año de la sisa para premio y salario de un médico de opinión, letras y fama que pudiera prestar el servicio que la ciudad tanto necesitaba.
Pero la sisa era un tributo que recaudaba la corona, con lo cuál era el monarca quien tenía que autorizar ese desembolso. Pero Felipe II no parecía dispuesto a dejar de percibir esa cantidad aunque los burgaleses carecieran de servicios médicos. Por eso el sábado 13 de enero de 1596 la corporación en pleno se reunía de nuevo para, de forma unánime, redactar un nuevo documento rogando al rey que aceptase la propuesta vecinal para financiar un servicio, a todas luces, esencial.
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