Las razones que esgrimía Felipe III para expulsar a los moriscos de los reinos de España eran tan variopintas como poco precisas.
El 11 de febrero de 1609 remitía un carta a su poderoso valido, el duque de Lerma, donde le explicaba que el declive del imperio podía deberse al descontento de Dios por la presencia de aquella mala gente que, a pesar de los edictos de gracia que se les concedieron...y las demás diligencias para instruirlos en nuestra Santa Fe....., no se había visto resultado satisfactorio sino que su obstinación y su deseo de maquinar contra estos reinos había ido en aumento. A este respecto afirmaba el monarca conocer de buena tinta que los moriscos habían enviado emisarios a Constantinopla y a Marruecos a tratar con el Turco.
El rey temía que alentasen una invasión por parte del sultán Muley Zidan y sus aliados, a quienes, al parecer, los moriscos habían ofrecido sus riquezas en España, además de 150.000 hombres tan mozos como los de Berbería......
Nada sabemos acerca de la veracidad de estas acusaciones. Acaso fueron simplemente "bulos" utilizados como excusa para llevar a cabo el plan de expulsión que rondaba desde tiempo atrás la cabeza del rey y de sus secuaces.
Sea como fuere, el hecho de considerar a los moriscos herejes, apóstatas y proditores de lesa majestad divina y humana, justificaba de sobra y dejaba las manos libres a la autoridad real para castigarlos en las vidas y haciendas......Y aunque pudiera proceder contra ellos con todo rigor...., decidió reducirlos por medios suaves y blandos...
Siendo virrey de Valencia Luis Carrillo de Toledo, marqués de Caracena, el 19 de septiembre de 1609, comisionaba a Cristóbal Sedeño (o Sedeno) para dirigir la operación de destierro en aquella región y asegurarse el embarque de los deportados en las naves apostadas en el puerto de Denia.
Para llevar a cabo la operación llegarían al referido puerto las galeras de Nápoles al mando del marqués de Santa Cruz con 2.000 soldados a bordo. A todos ellos se les proporcionaría, en Denia y Jávea, en domicilios particulares, el alojamiento y servicio ordinario que se acostumbra de casa, cama, mesa, luz, lumbre y en qué hacer de comer; porque lo demás lo han de comprar por su dinero sin que los patrones tengan la obligación de darles cosa ninguna....
Entre septiembre y diciembre de 1609 fueron despojadas de sus haciendas 11.000 familias moriscas en el reino de Valencia; en total 42.644 personas tuvieron que salir de sus casas con lo puesto. Muchos murieron en extrañas circunstancias (se estima que cerca de 4.000) antes de emprender el viaje. La mayoría fueron embarcados con destino a las costas de Marruecos.
Felipe III era muy temeroso del castigo divino. Quizá por esa razón, quizá por otras, en su descargo ordenó que los miembros de las fuerzas especiales a cargo de la operación de destierro..... no les traten mal de obra ni de palabras, ni hagan otras vejaciones como es quererles quitar lo que llevan.....
Comentarios
Publicar un comentario