Elvira Hernández era una  morisca originaria de Granada que acabó recalando en Salamanca, deportada como tantos otros, al sofocar las tropas reales la rebelión de los moriscos granadinos (1568).

Tras unos años, un 13 de septiembre de 1577, se presentaba  Elvira ante el teniente de corregidor de la ciudad, Rodrigo Domínguez, para presentar una demanda contra Antonio de Valladolid.

La historia daba comienzo ocho años antes de la fecha referida, cuando D. Juan de Austria había mandado pregonar las paces entre cristianos y moriscos.
Para  evitar nuevas algazaras, Felipe II ordenó dispersar a los rebeldes y deportarlos    a diferentes destinos en  tierras de  Castilla. 

....Y a ella (Elvira), en la dicha cuestión, se le había perdido un hijo suyo que se llamaba Alonso...y al tiempo que se le había perdido tenía seis años poco más o menos.

El pequeño Alonso fue a parar a manos  de un capitán llamado Carbajal que luego lo vendió a un mercader de Granada llamado Álvaro de Alcocer..., el cuál lo había tenido en su poder siete años poco más o menos. Y  como esclavo lo había herrado y puesto en la cara, en la mejilla derecha una S y en la mejilla izquierda una granada,.....Y muerto dicho Alcocer había quedado en poder de su mujer, que intentó venderlo pero no encontró comprador en toda Granada y su tierra. Entonces   determinó enviarlo a Medina del Campo para que Antonio de Valladolid, mercader y vecino de la villa, intentara venderlo   a comisión en aquella zona.

Pero no estaba resultando nada fácil. Los posibles compradores se retraían por miedo a ser castigados como cómplices de contravenir las disposiciones de una pragmática publicada por el rey  una vez sofocada la rebelión de Granada.....Que  los moriscos que fuesen de edad de hasta diez años y medio fuesen libres, no cautivos ni sujetos a servidumbre alguna...

Como la venta no acababa de formalizarse el joven morisco trabajaba como esclavo para el mercader de Medina.
En septiembre de 1577 viajó Alonso  hasta Salamanca enviado  por su amo para buscar a Brianda, una esclava que se le había escapado y estaba presa en dicha ciudad.

Enterada Elvira Hernández,  aprovechó la estancia de su hijo en la ciudad  para reclamar ante la justicia la tutela.... y que se le diese por libre   por haber sido esclavizado injustamente  al  no contar con la edad estipulada por ley  para ello.

El 16 de septiembre, tan solo tres días después de su solicitud, el teniente de corregidor daba la razón a Elvira;  pero la parte contraria, Antonio de Valladolid, recurrió la sentencia.

 Con varios tiras y aflojas, el pleito se dilató    más de un año y terminó dirimiéndose en la Real  Chancillería de Valladolid. El tribunal dictaminó   a favor de la morisca Elvira y ratificó aquella primera sentencia, a pesar de que las madres no tenían a los hijos debajo de su poderío ni los podían reivindicar porque el poderío se decía paternal y no maternal...

Al fin, el joven  Alonso fue declarado por libre y pudo reunirse con su madre.












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