Ignoro si fue una constante a lo largo de su vida pero Isabel I de Castilla, la Católica, en sus últimos años estimaba tanto a sus  perros lebreles que  redactó algunas  disposiciones dirigidas a asegurar el bienestar de los animales.

Así, el 20 de febrero de 1500 ordenaba a su tesorero Gonzalo de Baeza entregar a Diego de  Bustamante, encargado de los perros, 11.200 maravedís para vestuario de cinco mozos de lebreles. La orden especificaba de qué forma había de gastarse el dinero de esta partida...... 25 varas de paño para confeccionar cinco capuchas (6.200 mar.), 10 varas de paño de Londres para cinco sayos (3.200 mar.), 1.500 mar. para cinco jubones y 300 mar. para fíbulas y otros accesorios de sayos y capuchas.

Desde Medina del Campo, a 8 de febrero de 1504, la reina encargaba de nuevo a Gonzalo de Baeza que figuraba en estas fechas como tesorero de los príncipes, mis muy caros y amados hijos,  que de cualesquiera  maravedís a vuestro cargo compréis y deis luego, a razón de 3.300 maravedís por cabeza  (a elección de los encargados de las cuadrillas)....prendas de vestuario a nueve mozos de mis lebreles que tiene a cargo Alonso de Herrera....; a tres mozos de mis lebreles que tiene a cargo Pero Azcona (mi montero) y a un mozo de mis lebreles que tiene a cargo Diego de Cevallos. 

Las prendas de vestir escaseaban y  eran muy codiciadas en aquél entonces.  Isabel I otorgaba estas mercedes como incentivo, a modo de premio de un concurso que ganaban aquellos trabajadores que ponían más esmero en el cuidado y adiestramiento de los canes. 

Los propios  animales  fueron también destinatarios de las dádivas de la reina. ....Sancho de Paredes, mi camarero, yo os mando que .........deis luego a Diego de Bustamante  8.900 (?) maravedís ...para que compre colchones y mantas y cadenas y collares y todas las otras cosas que fueren menester para los mis perros lebreles....(Año 1501).


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