El rey de España Felipe IV y Claudia, archiduquesa de Austria y tutora de su hijo Fernando, heredero del trono archiducal, acordaron rubricar una Liga en orden a la defensa recíproca de ambos Estados. Corría el año 1637.
Los términos del convenio eran públicos y los interesados se comprometían a cumplirlos. Pero pareció conveniente reservar algunos capítulos y asentarlos en secreto para facilitar y asegurar más su ejecución.
A las dos partes les interesaba sobremanera darse la mano con respecto a la plaza de Brisach. Por su situación estratégica con la Borgoña y provincias del País Bajo....Y de la misma manera con los (estados) de Italia, era una plaza de suma importancia en ocasiones de guerra.
Por la cuenta que le tenía, Felipe IV se obligaba a dar las asistencias necesarias para sustentar el presidio de dicha plaza en número de 1.500 hombres, inclusas todas las primeras planas, durante el tiempo que durase esta Liga. Dichas asistencias serán efectivas y puntuales, en cantidades proporcionadas al pie de dicho presidio. Su Majestad el rey mandaba consignar el dinero necesario para este menester con una carga tributaria extra en los reinos de Cerdeña, Aragón o Valencia o en el de Castilla, en rentas fijas, a satisfacción de S. Alteza la archiduquesa.
Aunque la referida plaza habría de quedar aparentemente sin cambios sustanciales en su gobierno político, se acordaba que la plana mayor del ejército, los cabos y soldados de dicho presidio jurarían, en secreto, lealtad a Felipe IV en manos de su embajador en Insbruck. Para ello la archiduquesa bajo palabra de príncipe se obligaba a ordenarles sumisión a la corona española. Del mismo modo, para gobernar el presidio se nombraría persona de confianza del rey de España.
La archiduquesa adquiría el compromiso de tener proveída la dicha plaza de artillería, víveres y municiones de guerra, bien acondicionada, de manera que pueda sufrir un sitio largo y tener que comer y que tirar un año entero...También se comprometía a dar las ordenes necesarias para hacer luego una leva de 6.000 hombres a sueldo del rey para que por todo el mes de marzo del año que viene puedan salir a servir en los ejércitos allá donde fuese preciso.
Así lo otorgaron los comisarios nombrados a tal efecto por ambas monarquías. A cumplir dentro de los tres meses referidos en el tratado público.
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