En una de las puertas principales del colegio y universidad y estudio de San Ildefonso de la villa de Alcalá de Henares se fijaba un edicto por orden del rector, Bernardo de Zurbarán, el primer día de febrero de 1542.
Mediante ese documento se hacía saber que había quedado vacante una cátedra pequeña de Retórica (cuyo poseedor había sido el maestro Solís) y que todos los que quisieren oponerse a la dicha cátedra debían comparecer en la cámara rectoral, ante el rector y consiliarios dentro de los quince días siguientes a la publicación del decreto.
El día 13del mismo mes, estando en su despacho el rector y el maestro Diego de Olaz, se presentó como candidato el bachiller Gonzalo de la Serna. Al poco rato hizo lo propio Pedro Sánchez, regente de Gramática, actuando en este caso como consiliario el maestro Andrés de Cuesta que en diciembre de 1557 sería nombrado obispo de León.
El paso previo para ser admitidos como opositores requería que juraran no desistir ni sobornar, conforme a las Constituciones del colegio.
El día 15, último del plazo estipulado se presentaron dos nuevos aspirantes, el maestro Alonso García de Matamoros (que resultó ganador) y el bachiller que se convertiría en insigne historiador, Ambrosio de Morales, quien en esta convocatoria no consiguió su objetivo y hubo de esperar unos años hasta hacerse con una cátedra en la prestigiosa universidad.
Además de Retórica, Medicina, Gramática....otra enseñanza que gozaba de gran prestigio en la universidad fundada por Cisneros, era Cánones. Antonio de Laguna, procedente de Salamanca, pretendía licenciarse en esta disciplina por dicha universidad y para ello había de someterse a las pertinentes pruebas. ...Entró en la sacristía de la capilla del colegio de San Ildefonso...una tarde de domingo de 1540 a eso de las seis. El tribunal calificador estaba constituido por el rector, un consiliario y los doctores de la facultad, Bernardino Álvarez (deán), Gonzalo Fernández de Porres y Gaspar Díez, además del catedrático Antonio de Quesada
El aspirante leyó dos lecciones...y los doctores le arguyeron a cada lección y examinaron rigurosamente...Y así examinado le mandaron salir.....y que fuese otro día de mañana por la respuesta, si estaba aprobado o no, a casa del señor consiliario...Eran las once de la noche. Y así que se salió, el dicho señor consiliario tomó juramento..... a los dichos cuatro doctores....que si lo habían hallado digno y suficiente del grado de licenciado...., lo aprobasen. Y si indigno e insuficiente, le reprobasen. Y dioles a cada uno una A y una R. Y secretamente votaron. El consiliario abrió los votos ante el rector y el notario ....y halló cuatro Aes y así fue aprobado conforme a las constituciones.......
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