El monasterio de Santa María de Otero de las Dueñas, cuyas ruinas aún se pueden observar desde la carretera, ejerció no poca influencia en el devenir diario de algunos pueblos de nuestra comarca. Directa o indirectamente muchos omañeses contribuyeron con sus recursos al sostenimiento del convento. En los años finales del siglo XV ( data de las fuentes consultadas para redactar este artículo) no solamente era considerable el patrimonio que poseían sino los derechos que gozaban sobre molinos, montes, arroyos de riego o sobre la pesca de algunos ríos de la comarca.. Por otra parte, nos situamos en los albores del reinado de los RRCC cuando cenobios, conventos, monasterios o abadías gozaban de unos privilegios difícilmente imaginables medio milenio después.
Pertenecía el monasterio a la orden del Císter y su gestión dependía, en cierto modo, del de Gradefes puesto que era la abadesa de éste último la que, de vez en cuando, giraba visitas de inspección, corregía comportamientos, castigaba y, según se desprende de los documentos manuscritos consultados, nombraba, o al menos ratificaba el nombramiento de abadesa de Otero cuando el cargo quedaba vacante ( en general por fallecimiento). Esta sujeción a la potestad de Santa María de Gradefes fue causa de varios litigios entre las partes, llegando, incluso, a tener que dirimirse alguno de ellos en la Santa Sede.
Al fallecer la abadesa de Otero, Teresa Núñez de Guzmán (en los primeros meses de 1483), se entabló un pleito que se supuso finalizaría enseguida al expedir los Reyes Católicos una ejecutoria en junio de 1483, donde se ordenaba la forma de proceder. Existe un documento incompleto en el Archivo Histórico Nacional (sección Nobleza) que prueba que esta abadesa ya lo era en 1457 cuando concedió la encomienda de todos los bienes, rentas, vasallos y lugares del monasterio (incluso aves y vacas y conejos...) al conde de Luna, nuestro señor sobrino Diego Fernández de Quiñones, hijo mayor legítimo y heredero de nuestro señor primo Pedro de Quiñones, que Dios haya....Porque entendemos que el dicho monasterio y nuestra persona y nuestros vasallos y bienes y casas....van a estar mejor y mas cumplidamente defendidos....Otorgaba la abadesa al conde los mismos derechos que habían gozado otros encomenderos anteriores como el conde de Trastámara. El contrato era válido por los días de la vida de Teresa Núñez. Quizá este dato nos ayude a comprender el porqué de algunos hechos posteriores y las disputas que se originaron tras su fallecimiento.
Como digo, a la muerte de Teresa Núñez, Catalina Cabeza de Vaca, abadesa de Gradefes, nombró sucesora a María de Robles, monja profesa en aquel cenobio. Pero Mencía de Quiñones, profesa en Otero, consideró que el cargo le pertenecía a ella, dando comienzo a un largo episodio de rivalidad entre ambas partes. Es probable que no fuese la propia Mencía sino su poderosa familia quien organizara las acciones que voy a relatar. Había mucho en juego, el poder y la influencia de una abadesa era enorme y además manejaba unas cifras de negocio muy abultadas.
En vista de que Mencía no conseguía el cargo abacial por la vía "legal", decidió arrebatarlo por la fuerza, apoyada por sus hermanos Velasco, Pedro y Diego de Quiñones y por otros parientes ....Y tiene ocupado dicho monasterio.....con más de 50 hombres. La ejecutoria de los RRCC, fechada en junio de 1483 y que es imposible leer en su totalidad porque se conserva en mal estado, ordenaba a Alonso de Valderrábano, alcaide de las torres de León, expulsar a los intrusos del monasterio y asegurar a María de Robles en la posesión de la abadía.
No debía de andar muy lejos el conde de Luna, Diego Fernández de Quiñones, porque el 18 de diciembre de 1483 los reyes ordenaban publicar con pregoneros el texto de un documento dirigido a los nobles en general y al conde en particular advirtiendo que los vasallos, bienes y rentas de las iglesias y monasterios...son de nuestra encomienda y nos somos defensores, sucesores y guardadores de ellos... Quedaba claro que nadie, sin licencia real, podía tomar u ocupar las propiedades de las que gozaban los religiosos ....so las mas grandes penas. Habían circulado al respecto ciertas noticias culpando al conde de meter la mano en los bienes del convento, quizá tratando de prolongar la validez de aquella concesión que le había hecho la abadesa anterior.
El 28 de diciembre del mismo año, desde Vitoria, los monarcas de nuevo comunican al alcaide de León que ....estando en posesión (Maria de Robles) de la dicha abadía.... ahora nuevamente, de pocos días a esta parte, vinieron al dicho monasterio de Otero la dicha Dña Mencía de Quiñones y Arias Díaz, alcaide de Luna, y Pedro de Quiñones, hijo de Velasco de Quiñones de la villa de Veguellina, y la mujer de Velasco de Quiñones con ciertas gentes armadas...Y entraron en el monasterio descerrajando las puertas. Y echaron por fuerza a Dña María de Robles y a ciertas monjas....y la despojaron de la posesión de la abadía.........ultrajándola y haciéndole otras cosas deshonestas....Ordenaban los reyes al alcaide que hiciese las pesquisas necesarias y se desplazara hasta Otero para restaurar en la abadía a María de Robles, haciendo uso de fuerza y violencia si fuese necesario .....Mandamos a todos los concejos, regidores, vasallos y estados, oficiales y hombres buenos así de la dicha ciudad de León, villas de Mansilla y Rueda, como de todas las otras ciudades, villas y lugares de los nuestros reinos y señoríos.......que os lo den y hagan dar lo que les pidáis y necesitéis para lograr el objetivo y restablecer el orden en el convento.
Nuño Pérez, capitán de la Hermandad (primer cuerpo policial) de la provincia de León, recibía un aviso con orden de intervenir en cierta pesquisa....sobre quitación y despojo.... de la abadía de Otero de las Dueñas a María de Robles. (25 de mayo de 1484).
El 21 de junio de 1484 el asunto seguía coleando. Desde Valladolid, los RRCC y su Consejo redactaban una compulsoria (mandamiento judicial) sobre la cuestión. En el relato de los hechos aparecían algunas novedades. Al parecer, Mencía de Quiñones se había apoderado de la abadía por las bravas pero valiéndose de un documento a su favor expedido por Alonso Rodríguez, provisor en la iglesia de Oviedo y juez apostólico.....El documento signado, según dice (María de Robles)....era ninguno y de ningún efecto ni valor, siendo el dicho Alonso Rodríguez recusado por sospechoso y asimismo estando apercibido por justas y legítimas causas....Parece que María de Robles y Catalina Cabeza de Vaca habían solicitado al provisor una copia del referido documento como parte interesada en el proceso, pero éste se negó a entregarlo....por favorecer y ayudar a la dicha doña Mencía de Quiñones... Mediante la compulsoria referida los reyes le obligaban a hacerlo en el plazo de 15 días desde que recibiera la comunicación. La existencia de tal documento obligaba a celebrar juicio para determinar a cual de las dos religiosas le correspondía desempeñar el cargo de abadesa.
No contamos con muchos documentos al respecto y los que hay, a veces son difíciles de interpretar o se conservan en mal estado, pero Mencía de Quiñones era obstinada y reincidente, por eso ostentaba el cargo de abadesa a temporadas. Al parecer lo tomaba por la fuerza, la protegían sus parientes y se mantenía allí con su comitiva hasta que la justicia recibía ordenes de expulsarla. Estando en Saldaña los soberanos expedían una nueva carta ejecutoria conminando a Alfon de Valderrábano, alcaide de las torres de León y a Bernal de Abendaño a desplazarse hasta Otero y expulsar del monasterio a quien lo estuviese ocupando. De igual manera les daban potestad a ambos para ejecutar en los inobedientes el castigo que considerasen oportuno. Y esto hecho, daréis el dicho monasterio y abadía a la dicha doña María de Robles......para que lo tenga y posea según y como lo tenía y poseía...Y la defendáis y amparéis en la dicha posesión...y no consintáis que del dicho monasterio y dignidad......sea despojada ni desapoderada hasta tanto que sea....llamada a juicio y oída.....Ordenaban también que tanto oficiales como caballeros, hombres buenos, alguaciles.......les prestasen la ayuda necesaria para llevar a cabo la misión, so la pena de la nuestra merced (es decir pérdida del cargo) y de 10.000 maravedís para la nuestra cámara.....(Saldaña 9 de abril 1485).
Parece que, efectivamente, se restituyó a María de Robles en el cargo de abadesa. Y al tiempo que así fuera restituida......vinieron gente armada y quebrantaron ciertas puertas.....y entraron dentro de él...y tomaron y robaron todo lo que hallaron...y se lo llevaron consigo. Y que de esto no contentos, desde ha ciertos días que unos hombres a caballo impidieron que llegaran al convento cuatro carros cargados de vino que eran para ella y para las monjas y personas del monasterio. Los hombres habían salido del lugar de Canales, que era del conde de Luna, donde la dicha doña Mencía estaba, y por fuerza les tomaron y robaron los dichos carros de vino y se los llevaron al dicho lugar de Canales....Y dice que fueron ciertas gentes de algunos lugares del conde. Y tomaron y llevaron de las rentas de dicho monasterio 216 fanegas de pan y se lo llevaron todo al dicho lugar de Canales, por manera que ella ni las sus monjas no tenían qué comer ni de qué se sustentar....Todo ello a causa de Mencía de Quiñones y de otros parientes suyos que dice que viven con el dicho conde y tiene continuamente gente consigo y comen y gastan los bienes de dicho monasterio...
Así las cosas, de nuevo los RRCC emplazaban a las autoridades de León para hacer pesquisa e inquisición secretamente por saber la verdad de todo lo susodicho...Y si se encuentrase al culpable o culpables se les requisen sus bienes y sean llevados, a su costa, y entregados a los alcaides de la corte para que los mantengan en prisión hasta que la justicia determine lo que sea menester. (Valladolid 10 de diciembre de 1485, el condestable de Castilla).
De la misma fecha data una comunicación al conde de Luna, Diego Fernández de Quiñones, a través de la cuál se le ordenaba averiguar quienes robaron el vino y el pan y quienes lo llevaron a Canales. Y sabida la verdad lo hagáis todo restituir a la abadesa María de Robles y al dicho monasterio. También se le exigía que informara puntualmente de cómo habéis cumplido nuestro mandamiento, quedando advertido de que si hacía caso omiso se procedería a tomar de sus propios bienes lo necesario para satisfacer a las monjas lo robado.
Y vuelve a repetirse la misma historia en 1487 ,....nuevamente de 30 días a esta parte..., estando....recogida en la claustra de dicho monasterio quieta y pacíficamente (María de Robles) ,....en una noche de este mes de agosto de este presente año ....vinieron al dicho monasterio tanta gente armada que podían ser hasta veinte hombres de caballo. Y que estando las puertas cerradas ......subieron por encima de las paredes y rompieron puertas y paredes. Y dice que entraron dentro y se apoderaron de dicho monasterio. Y la quisieron prender, salvo que se acogiera a la iglesia. Y para que no la prendiesen ni le hiciesen otras injusticias, dice que se hubo de salir escondida y encubiertamente al lugar de Benllera donde estaba recogida.
En esta ocasión la situación se agravó de forma notable. Por un lado, Mencía campaba a sus anchas por el convento sabiéndose protegida por los hombres armados que tenía apostados dentro. Para las monjas suponía una injuria y ofensa el que hubiera hombres en el cenobio ya que se estaban burlando las censuras puestas por los sagrados cánones.....Por otra parte, el conde de Luna ordenaba a sus alcaides reunir un pequeño ejército (hasta 25 de caballo y hasta 200 (¿?) peones, todos armados) que se dirigió a Benllera para castigar a quienes protegían a María de Robles ....Y les siguieron y fueron en pos de ellos para los herir y matar......Y aún a ella la injuriaran si no se acogiera a la iglesia de dicho lugar donde estaba huida.......Mientras tanto, Mencía y sus secuaces estaban en el monasterio haciendo uso de los bienes y rentas del mismo; incluso, según parece, se dedicaban a vender algunos de los ornamentos del culto divino....En vista de la situación, los reyes enviaron al corregidor de León y a Bernal de Abendaño, nuestro capitán, a Otero de las Dueñas. Y habida vuestra información breve y sumariamente......restituyáis y entreguéis la abadía a doña María, además de protegerla y asegurarla en el cargo hasta que sea llamada a juicio. Al mismo tiempo se les ordenaba arrojar del recinto a Mencía y su séquito y buscar y detener a los culpantes, embargar sus bienes y conducirlos a la corte, a su costa, para que los alcaides los mantengan a buen recaudo....(25 de agosto de 1487). Rubrica el condestable de Castilla, Pedro Fernández de Velasco.
Apenas habían pasado tres semanas (19 de septiembre de 1487) cuando los monarcas emitían un nuevo comunicado.....Hemos sabido que algunas personas de las que fueron culpantes de lo susodicho son personas de mal vivir que andan haciendo escándalos y asonadas en tierras y romerías de la ciudad de León y en otras partes.......,sin temor de Dios y con menosprecio de la nuestra justicia....Sabían además que los malhechores estaban protegidos por algunas familias que, incluso, los acogían en secreto en sus casas. Y porque lo susodicho es cosa de mal ejemplo....mandaban al pesquisidor que buscase por todas partes a los delincuentes, los prendáis donde quiera que estén...y se les apliquen las penas civiles y criminales que vos les pusiéreis.......Solicitaban para ello la colaboración ciudadana ....Que hagáis pregón públicamente por las plazas y mercados de la ciudad de León y en otros lugares de sus comarcas...de manera que nadie puediera alegar desconocimiento.
Al día siguiente, 20 de septiembre de 1487, desde Burgos se ordenaba a Abendaño que prendiera a Mencía de Robles (supongo que se trata de un error; en realidad sería Mencía de Quiñones) y así presa, la entreguéis a la abadesa de Gradefes...... El mandato procede del reverendo en Cristo Padre, obispo de Segovia....., visitador y reformador apostólico del monasterio y casa de Santa María la Real de las Huelgas en Burgos.
Entretanto, Juan Arias de Benavides, vecino de León, era detenido y acusado de participar en el asalto al convento y la posterior pelea entre parientes de uno y otro bando en las inmediaciones de Benllera. Era trasladado a Burgos y retenido en esa ciudad con ordenes expresas de los jueces ....que no saliese de ella sin su licencia y mandado so ciertas penas....Estando allí, en diciembre de 1487 solicitaba al tribunal una copia del informe que le incriminaba y pedía testimonio de dos personas imparciales para probar las dichas tachas, por las que recusaba a los que habían testificado en su contra. Y los del dicho nuestro Consejo dijeron que le daban y dieron plazo y término para probar lo susodicho y traer y presentar ante ellos la dicha probanza... Hechas las diligencias pertinentes se le daba por libre. En todo ese tiempo, entre la estancia y el proceso, hubo de gastar buena parte de sus bienes. El 4 de marzo de 1488 los reyes redactaban un escrito que firmaba el condestable, dirigido al corregidor de León para que actuase en razón de una querella interpuesta por Juan Arias contra algunos vecinos de Otero de las Dueñas, Benllera y Mataluenga por haberle acusado de participar en el asalto al monasterio dolosa y falsamente. Solicitaba duras penas para ellos y les reclamaba 40.000 maravedís en concepto de indemnización por daños.
No se puede afirmar categóricamente pero es probable que todo este proceso tuviese bastante que ver con la decisión del obispo de Segovia de recluir a Catalina Cabeza de Vaca en el monasterio de Fuencaliente (Soria). El obispo era el máximo representante del monasterio de las Huelgas de Burgos, matriz de todos los conventos del Císter de Castilla y de León. A Catalina Cabeza de Vaca, abadesa de Gradefes, por algunas justas causas el obispo la sacaba de su convento y se la llevaba a Fuencaliente. Pero una noche cierta gente a caballo y a pie injuriaron a la superiora y a otras monjas, sacaron a Catalina del cenobio por la fuerza de las armas y se la llevaron a Mayorga y a otros lugares. El entonces corregidor de León, Diego de Carvajal, era requerido (3 de junio de 1489) para investigar lo sucedido y averiguar quien dio favor y ayuda y consejo para ello, de modo que, a quienes halléis culpantes.....,prendedlos..... y secuestradles los bienes..... Y amparéis y defendáis a doña Catalina de Padilla, abadesa de Fuencaliente en la posesión del cargo y de todos los bienes pertenecientes al monasterio.
Diego de Carvajal parece que demoraba demasiado la investigación del caso; el 30 de noviembre de ese año, 1489, de nuevo era requerido para que enviase al Consejo una copia de la pesquisa debidamente signada de escribano público, bajo la amenaza de una importante multa y la pérdida de su empleo. En realidad, sí que había indagado para dar con los acusados de ayudar a Catalina Cabeza de Vaca. Y las indagaciones las había llevado a cabo en los concejos de Babia de Yuso y de Babia de Suso, probablemente tomando como indicio la enemistad manifiesta que los babianos profesaban al conde de Luna, valedor, a su vez, de Mencía de Quiñones. El escribano (desde abril de 1488) que había asistido a Carvajal en la investigación era el vecino de León, Juan de Zuazo. Parece que al resultar culpables algunos familiares de su esposa, Zuazo decidió emprender la huida con los documentos, de tal forma que en 17 de agosto de 1490 continuaba en paradero desconocido (según la versión de Carvajal). Visto lo cuál, los reyes se dirigían a Juan López de Quintanar, contino de nuestra casa....Porque nuestra voluntad es que....Juan de Zuazo....sea prendido y castigado por lo que así hizo,....Os mandamos....donde fuese hallado....lo prendáis.....Y preso, le toméis la dicha pesquisa.....que el dicho Carvajal hizo....Detenido Zuazo alegó en su defensa que no había entregado los documentos de la pesquisa a Carvajal porque éste no le había pagado su salario. En enero de 1491 se daba orden de abrir un proceso judicial para escuchar la versión de ambas partes y determinar si la culpabilidad era de Carvajal o de Zuazo.
Desconozco si Catalina Cabeza de Vaca sufrió algún tipo de represalia por esa huida de Fuencaliente, pero el 3 de agosto de 1491 de nuevo aparecía como abadesa de Santa María de Gradefes y madre superiora de Santa María de Otero... Un escrito refiere lo siguiente: Siendo abadesa de Otero doña María de Caballos (sic) ......una monja de la orden, que se llama Mencía de Quiñones, estaba fugitiva fuera del convento desde hacía unos quince años poco más o menos (probablemente fueran nueve, desde la muerte en 1482 de Teresa Núñez) Y ahora..... había regresado (otra vez) con gente armada a tomar el monasterio. La noticia del asalto llegó hasta la abadesa de las Huelgas que es la superiora de todas y hasta el abad de Claraval (Francia), vigilador de la dicha orden que, a la sazón, estaba en el dicho obispado de León. Catalina pidió a los reyes protección para desplazarse a Otero a pacificar el monasterio como le habían ordenado sus superiores de la orden del Císter. Afirmaba que ni siquiera el visitador de Claraval se atrevía a ir allí porque temía por su seguridad. Fernando e Isabel dispusieron que fuera el corregidor de León, Juan de Portugal, quien averiguase si era cierto lo que refería la monja y, en su caso, le proporcionase seguro y guarda y amparo y defendimiento real....Y que, además de amparar a María de Caballos en la posesión de la abadía, adviertiese a Mencía y a su cuadrilla que no sean osados...de les hacer ni mandar les hagan ningunos males ni daños.....bajo la pena de ir contra ellos civil y criminalmente.
En resumidas cuentas, el conde de Luna venía ejerciendo como comendero del monasterio, por concesión de la abadesa Teresa Núñez, al menos desde 1457. A cambio de garantizar la defensa de abadesa y monjas obtenía un beneficio económico importante. Parece que todo transcurría con normalidad en este sentido hasta que en 1483 falleció la abadesa. Es entonces cuando se origina el largo proceso que he tratado de sintetizar, que no era otra cosa, a mi juicio, que un episodio más de las luchas intestinas entre dos poderosos linajes por ampliar sus privilegios y su cuota de poder: los Quiñones y los Cabeza de Vaca.
Y entretanto los RRCC hacían que hacían, vaya tiempos. Buen relato Raquel.
ResponderEliminarAntes de que Dios fuera Dios y las peñas, peñascos eras Quirós los Quirós y Velasco los Velascos.
ResponderEliminarQue quieres que te diga Raq. ¡27 actores en escena!
Estupendo