La propia reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, preocupada por el estado anímico de María Girón de Guzmán,  duquesa de Frías, le escribía desde Aranjuez un  viernes. El documento carece de fecha aunque hay razones para pensar que data de entre 1604 y 1607

María Girón  era la esposa de Juan Fernández de Velasco, condestable de Castilla quien, tras ocupar reputados cargos en la etapa final del reinado de Felipe II, continuó al servicio de Felipe III, desempeñando  la presidencia del Consejo de Italia y teniendo a su cargo la gobernación de Milán. En 1604 el monarca le encargaba  la delicada  tarea diplomática de negociar la paz con Inglaterra (había muerto la reina Isabel I y su sucesor, Jacobo, parecía más dispuesto a alcanzar un acuerdo con España). Para lograr el objetivo, el monarca  le daba carta blanca y absoluta libertad de acción al condestable. Éste  aceptaba el encargo a pesar de que en su casa se vivían momentos especialmente trágicos de enfermedad y muerte de alguno de sus hijos. Su esposa acusó profundamente las consecuencias de esas desgracias y anhelaba la compañía de su marido porque  entrambos se templaría el sufrimiento.

 La reina se enterneció mucho al recibir una carta de la duquesa y ver la aflicción en que se hallaba sumida.  Su respuesta no se hizo esperar:

Duquesa, mucho siento que las ocasiones de desconsuelo pasen adelante....Luego que recibí tu carta......,hablé al rey y le presenté el estado en que te hallabas....... Estaba S.M. disgustado con tu marido.... ,  sin embargo, la reina consiguió que le concediera licencia...por un año... para que se fuese contigo....Y tu puedes tener seguridad que en todo cuanto yo pudiere, procuraré ser parte  para tu consuelo. Avísame de todo lo que fuese menester para ello que yo pudiere hacer, que en ello echarás de ver lo que  siempre te he querido y quiero. Dios te guarde como deseo...

Se da la circunstancia de que muchos años antes, en 26 de marzo de  1522, la entonces duquesa de Frías,  rogaba al emperador Carlos I :

La compasión que tengo de mi señora la duquesa doña Mencía, mujer de Pedro Girón, me hace no enmendarme de dar enojo a V.M...... Suplico....tenga por bien que don Pedro se venga a Castilla  y dentro de ella V.M. le dé la pena que fuere razón...., en lo cuál V.M. remediará la vida de esta mujer...

Al parecer, doña Mencía sufría sobremanera la ausencia de su marido, castigado por el rey al haber tomado parte activa a favor de los comuneros. Pedro Girón era tío abuelo de María Girón de  Guzmán.

Una  coincidencia histórica: Dos condestables de Castilla (Pedro Girón y Juan F. de Velasco) que, en el desempeño de sus funciones pierden el favor del rey de turno. Y dos esposas, las de ambos, con  tanta dependencia emocional de sus maridos que su ausencia  las hunde  anímicamente. 



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