A mediados del año 1550 se le adjudicó a Cristóbal Muñoz el transporte de cien camellos a las Indias, en el plazo de diez años, a contar desde el primero de enero de 1551.
Era Cristóbal un maestre, vecino de Sevilla, más concretamente de Triana, que había tenido sus más y sus menos con la justicia porque algún tiempo atrás había intentado introducir en España oro y plata procedente de las Américas, secretamente y sin pagar los derechos preceptivos. Esa acción le valió una condena que a fecha de junio del año referido estaba cumplida, cuando se ordenó levantar el embargo que pesaba sobre sus bienes y dejarlo libre. Había pagado la pena pecuniaria que se le impuso y también estuvo desterrado durante algún tiempo. Con la deuda judicial saldada, estaba ya en condiciones de volver a sus negocios ultramarinos.
Pocos meses después se revocaba el acuerdo inicial y se establecía nuevo asiento y capitulación, comprometiéndose Cristóbal a llevar los camellos -las dos partes, hembras- en el plazo de siete años y no diez. Y como compensación a los gastos y costas a su cargo, el rey Carlos I concedía una merced a Cristóbal: ... Que pueda pasar cien esclavos negros...a las dichas Indias, islas y tierra firme del mar océano,.... quedando exento de contribuir con los dos ducados de la licencia de cada uno de ellos y de los diez (ducados) de almojarifazgo y de otros cualesquiera derechos, quedando obligado a abonar solamente el nuevo impuesto del almojarifazgo que se paga en Sevilla de las "cosas" que se llevan a las Indias....En caso de incumplimiento de las condiciones, Muñoz estaría obligado a reintegrar a las arcas reales los 800 ducados que se ahorraba por la gracia de S.M.
Para el gobierno de los dichos camellos, el rey le otorgaba facultad para tomar esclavos, a razón de uno por cada animal- de estos reinos y señoríos o del reino de Portugal o islas de Cabo Verde o Guinea o de donde quisiereis o por bien tuviereis....
Así mismo se ordenaba a las autoridades de la Casa de la Contratación de Sevilla que consintieran la salida de la primera expedición de seis navíos, al menos 80 toneles de porte, sin esperar a flota. En estas naves no se podía transportar otra cosa que los referidos animales y los mantenimientos necesarios para ellos y para la gente a su cargo. (Valladolid 1 de marzo de 1551).
En septiembre de ese año, estando Cristóbal Muñoz en viaje de negocios, su apoderado pedía licencia a las autoridades para salir de Cádiz con los navíos necesarios para tomar los camellos que tiene comprados en Lanzarote,....sin poner embargo ni impedimento......y sin que se les pudiese quitar la carga.
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