Álvaro Enríquez de Almansa, natural de Zamora, marqués de Alcañices, grande de España y capitán general de las galeras de Nápoles, estaba casado con Inés de Guzmán y Pimentel, hija del conde de Olivares y hermana del  conde -duque, valido de Felipe IV.

El 20 de agosto de 1642 Inés de Guzmán escribía al duque de Gandía, su sobrino,  comunicándole que el marqués había embarcado el pasado 20 de julio  en las costas de Italia y navegaba camino de la costa de Valencia. Solicitaba ayuda al duque para que asistiera a su tío cuando arribase.   Reiteraba  la petición, de nuevo, el 27 del mismo mes.....Estos renglones envío para que llegando.... el marqués, mi señor, le asista en lo que hubiere menester.....La ayuda..... la tenga como cosa propia, que de la merced que me hace, estoy cierta.....Con harto cuidado quedo hasta saber se halla en Valencia.

La marquesa estaba impaciente, por eso el día 3 de septiembre, desde Madrid, su residencia,  respondía una carta de su sobrino con la esperanza de que las galeras estuviesen a punto de llegar porque .....por acá corre voz que están en Vinaroz. Y como deseo tanto esta nueva, aguardo por momentos algún criado del marqués (su marido)  que me saque de este cuidado.

Con fecha 24 de septiembre se dirigía otra vez al duque agradeciéndole su hospitalidad: Sobrino y señor mío, gran dicha ha sido que viniendo el marqués, mi señor, tan necesitado de reparar su salud, haya hallado el refugio de la casa de v.e.. Confiaba la marquesa que pronto estaría restablecido  para pasar a Zaragoza a besar la mano al rey..... Cumpliendo este deseo que es el mayor que traía....,yo quedo esperándole por horas....

Del primero de octubre del año referido de 1642, data la última de las cartas a su sobrino. Al parecer el marqués de Alcañices  se recuperaba de manera satisfactoria en casa del duque de Gandía, cosa que su esposa atribuía, después de Dios,  a los buenos cuidados que aquél le proporcionaba. Las buenas noticias acerca de la salud del marqués animaron a Inés de Guzmán a sugerir al duque que interviniera organizando   el viaje a Zaragoza, a ver al rey, lo antes  posible  porque ya tenemos el invierno en casa,.....para que el marqués se venga a la suya, donde confío en Nuestro Señor se ha de recuperar.

Pero antes de que el correo pasara a recoger la carta, la marquesa  recibía una comunicación  del Dr. Gómez donde la avisaba del mal tratamiento sufrido por el paciente en Benicarló. Esta noticia  obligó a la dama a añadir una posdata  suplicando a su sobrino que por más gana que tenga el marqués de besar la mano a S.M., no se lo permitáis.....,que todo lo que se trataba de la jornada de Zaragoza no es de importancia ninguna en comparación de un átomo de salud.....

No sé si consiguió llegar a su casa pero Álvaro Enríquez falleció ese mismo año y, desde la última fecha referida,  apenas faltaban tres meses para que finalizara.








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