El común de vecinos de la villa de Fontanar (Guadalajara), a través de su procurador general,  interpone una demanda contra los monjes cartujos del Paular como propietarios de una gran alameda que, al parecer, es la causa de muchos de los males que sufre el vecindario.  Año 1658.

....Una alameda muy alta y espesa y de gran plantío...., de suerte que los aires no pueden correr ni bañar el lugar. Por si fuera poco, hay un arroyo contiguo que provoca  estancamientos de aguas pútridas en la arboleda y que es causa de que siempre esté el lugar muy enfermo. Y también de que (en)  los veranos  se vuelva vinagre el vino de la cosecha de dicho lugar por estar la mayor parte de las bodegas junto a la alameda , impidiendo ésta que les dé el aire cierzo que es el que conserva los vinos.

El procurador presenta una serie de testigos, médicos y cirujanos que ejercen su labor en la propia villa y lugares aledaños, quienes parafraseando a algunos  autores clásicos (Aristóteles, Avicena...) afirman que  la alameda es muy perjudicial a la salud ....por no correr los aires...y engendrar varias y diversas enfermedades, especialmente los años que son muy lluviosos como lo fue 1653 y el presente de 1658. Porque... entonces el sol,  por lo alto que viene a la olmeda, calienta el  agua detenida en ella, que es mucha...Y mediante este calor que le da, se elevan vapores térreos y pútridos ....que ocasionan a los habitadores calenturas continuas, otras  tercianas y otras malignas...; incluso los sanos exhiben mala color.  En los meses de verano son tantos los mosquitos que llaman tábanos...que no pueden los vecinos dormir de noche ni estar en sus casas, y particularmente las criaturas, que les ponen las caras como si tuvieran viruelas....De modo que si no se pone remedio a la situación, la villa acabará por despoblarse porque mueren muchos mozos y el resto acabará por marcharse  a otros lugares mas sanos.

Varios médicos, como he dicho, testificaron a favor de hacer desaparecer la alameda. Hasta el doctor Juan de Gonzalo, médico de la familia de S.M. que pasaba por allí en busca de amas de cría para lo que pariere la reina, accedía a dar su testimonio en apoyo a las pretensiones del vecindario.

Aducen algunos  testigos en sede judicial que, incluso para los cartujos, va a  resultar un beneficio la tala de los árboles. De esa forma podrían dedicar la tierra al cultivo de cereales o frutas, con la seguridad de que la alta productividad que se augura  les reportará mayor beneficio del que obtienen al presente con la madera.

Desconozco el desenlace final del proceso que, dicho sea de paso, continuaba en 1663.






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