Junto a mi puente nuevo tengo un sitio de recreación confinante a una viña parral de v.e......, el cuál es tan corto que no es suficiente para jugar a la pelota. Y he advertido en la juventud tan grande inclinación a esta diversión que incesantemente me están molestando con continuos e importunos ruegos y clamores  a fin de que logre de v.e. dicha viña parral......y con ella le dé  mas capacidad a dicho sitio de recreo y haga un buen juego de pelota.....

En estos términos se dirigían  en 1776 las autoridades civiles de Balmaseda (Vizcaya) al marqués de Castromonte, propietario de la viña en cuestión. De sobra sabían que no era fácil llevar a cabo la operación por varias causas: el terreno formaba parte de un mayorazgo, su valor  no era precisamente bajo y  no había posibilidad alguna de adquirirlo por debajo del precio de mercado.  Por eso propusieron al marqués una permuta ofreciéndole un trozo de bortal público (madroñal) que confinaba con otra propiedad suya....que sea equivalente o aún de mayor valor...pues es uno de los efectos de mas utilidad y provecho en este país y toda la demás tierra de Vizcaya..

No escatimaron argumentos con el fin de convencerle de que para él era la mejor opción.  Al ser tan pequeño el lugar de recreo y estar continuamente la juventud jugando a la pelota,  con frecuencia caía ésta dentro de la viña echando a tierra las uvas.  Al entrar  a buscarla una y otra vez, demuelen las cercas, las pisotean y maltratan.

Pero la oferta de la villa no fue del agrado del marqués  y aunque aparentemente se mostraba dispuesto a negociar, la consideraba insuficiente y  fue necesario esperar diez años hasta que en agosto de 1786 Francisco de Sabando, administrador de su excelencia y apoderado, cumplía la orden de  permutar el parral por dos tierras campas blancas....,dos alhajas que el común de la villa acababa de adquirir  con esas miras. Al fin, Balmaseda podría contar con el espacio suficiente para   un juego de pelota a la altura de los requerimientos de la juventud. 

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