A petición del marqués de Castel Rodrigo, aprobó   Carlos II  la publicación de  una pragmática en 1691 prohibiendo los juegos de mera suerte en el Reino de Valencia. En  1694, enterado el rey de que la prohibición no surtía el efecto deseado y que se organizaban  juegos en casas particulares  de la ciudad  durante la noche, decidió endurecer el discurso y encargar a las autoridades civiles y religiosas que tomasen cartas en el asunto, por lo mucho que conviene atajar los daños que produce este vicio.

Según parece, no solamente algunos clérigos, sino caballeros y poderosos ciudadanos hacían caso omiso de la pragmática.  Cristóbal Villarrasa, Vicente Despuig y Galcerán Mercader, ciudadanos distinguidos de la ciudad habían sido requeridos, con buenas maneras para evitar  el escándalo público, a que abandonaran el pernicioso vicio. Sin embargo, por ser tan declarado y escandaloso el menosprecio de ella (la pragmática) en esa ciudad, que llega a peligrar todo el respeto por no haberse experimentado fruto alguno de los remedios ordinarios y suaves, decidía Carlos II recurrir al castigo. 

  En 12 de marzo del año referido se dirigía el monarca  al  marqués consorte de Castel Rodrigo: He resuelto ordenar y mandaros -como lo hago-  que a D.Cristóbal de Villarrasa, por su incorregibilidad en el vicio, le apartéis doce o catorce leguas de Valencia, a donde os pareciere.....sin permitirle regresar hasta que no se compruebe que está enmendado.

Mercader y Despuig, al ser caballeros del hábito de Montesa, debían ser amonestados por el lugarteniente general de la Orden  a quien el monarca ordenó que ....a D. Galcerán  le reprenda con severidad y le aperciba de que otra vez se procederá contra él con todo rigor.....Y a D. Vicente le recluya en el convento de Montesa hasta otra orden....

Por diferentes motivos hubo de suspenderse la ejecución del destierro a Cristóbal Villarrasa y no se llevó a cabo hasta agosto del año siguiente, 1695, cuando fue enviado a Tarancón con ordenes de permanecer  a disposición del duque de Montalvo para que le mande pasar donde convenga....Desconozco la duración del destierro pero en 1701 estaba ya este caballero de vuelta en Valencia concurriendo a la plaza de receptor general ....Supongo que para entonces se habría rehabilitado de su adicción.




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