A finales del siglo XV la ciudad de Segovia y municipios aledaños sufrían serias consecuencias debido a la escasez de agua.
Era el mes de abril de 1494 cuando los Reyes Católicos ordenaban a las autoridades civiles de la misma conceder a los vecinos de Villacastín, tierra y jurisdicción de la dicha ciudad, licencia para cortar los troncos de pinos que fuere menester......,Respondían así a una petición del común del lugar que, a falta de otros recursos, solicitaba permiso para vender madera y emplear el dinero de la venta en sufragar los gastos de traer agua buena ..... por ser, la que había, además de escasa, tan insana que causaba enfermedades a la población. Y sobre todo daña toda la dentadura....
No se resolvió gran cosa con el dinero de la venta de pinos. Al parecer las instalaciones de la ciudad de Segovia y su tierra no tenían capacidad para abastecer a todo el vecindario de agua lo que explicaba la necesidad de tomar medidas excepcionales. De octubre de 1498 data una carta de los reyes ordenando al concejo de Segovia que no se diera licencia a nadie para sacar agua de la madre principal de los caños, por el perjuicio que causaba al común la disminución del caudal.
Un año más tarde, en vista de que los problemas continuaban, se ordenaba que los sexmeros eligieran dos hombres buenos para que, debidamente apoderados, se desplazasen a negociar el asunto en el Consejo Real. Al tratarse de una necesidad, el Consejo autorizó ....que repartáis los maravedís que fueren menester para meter y guiar el agua a esta dicha ciudad ....
Y efectivamente, en agosto del año 1500 se otorgaba licencia a las autoridades de la ciudad para que recaudaran, mediante sisa, 500.000 maravedís. Con esa cantidad podrían acometer las obras conducentes a mejorar el suministro de agua. Una vez más no quedó otro remedio que recurrir a un impuesto extra para subsanar las deficiencias.
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