Acordaron las monarquías de España y Portugal que para deslindar los territorios y dejar claros los límites entre  uno y otro reino allá en América Meridional, lo mejor sería constituir unas cuadrillas de expertos y dotarlos del material necesario  para trabajar sobre el terreno. 

En febrero de 1781, tras obtener permiso de la recién coronada reina de Portugal, María I, el maquinista español Luis Cobos partía de Lisboa con destino al Janeiro; y de allí a Montevideo.

Estaba encargado Luis Cobos de custodiar los instrumentos matemáticos y astronómicos necesarios para la demarcación. Hacía la travesía en la fragata de guerra portuguesa, San Juan Bautista. Una vez en su  destino, Cobos se incorporaría a una de las  dos cuadrillas de españoles (había otras dos de portugueses) por la conveniencia de que cada una de ellas contara con un maquinista experto. Antes de la partida recibió la cantidad de 2.000 reales a cuenta de sus pagas además del importe de  la manutención para el tiempo previsto de viaje.

Se transportaban dos colecciones  de instrumentos, cada colección consta de ocho cajas numeradas en las mismas cubiertas con el nombre de 3ª colección, caja 1ª y demás hasta la 8ª. ....Y la 4ª con otras ocho cajas, pues ambas son iguales. Cada cuadrilla de las destinadas al sur del territorio  español del Río de la Plata, recibiría una colección. En fechas próximas se esperaba enviar otras dos colecciones idénticas para los comisarios de las otras dos cuadrillas que trabajarían en la zona  norte (de lo que hoy es Brasil), en la provincia de Pará. 

Además de las dieciséis cajas referidas, el marino iba a cargo de cuatro cajas más con papel, plumas, lapiceros, reglas, escuadras y otras menudencias necesarias...

Todo el material perfectamente inventariado: cuadrante astronómico y su pedestal, péndulo astronómico, óculo grande acromático,  teodolito, barómetro, libros...., una máquina de vapor, brújula de bolsillo, rollos de hojalata, resmas de papel ordinario, papel de Holanda....

El conde de Fernán Núñez, embajador de Carlos III en Lisboa, ofrecía estos y otros detalles  a Juan José de Vértiz, virrey del Rio de la Plata, con la recomendación de no desagradar en nada al virrey portugués, satisfaciendo, si  así lo solicitase,   los gastos de transportar   la mercancía desde Janeiro hasta Montevideo a cuenta de la real hacienda española. 

Puedo también declarar a v.e. que nuestra corte y la de Portugal emprenden esta operación con la mejor armonía, fe sincera y deseos eficaces de lograr los grandes fines a que se dirige....(Lisboa 15 de febrero de 1781).