En enero de 1641 las tropas de Felipe IV sufrían una seria e inesperada derrota en Montjuic a manos del ejército francés y   de las milicias catalanas, aliadas de los galos por aquél entonces. Las huestes reales hubieron de replegarse y buscar cobijo en Tarragona.  El 11 de mayo de 1641 está fechada una carta que Fernando Ruiz de Contreras (secretario de Felipe IV para el Consejo de Guerra) remitía a Pedro de Villanueva, protonotario del Consejo de Aragón. A través de  ella  le hacía saber  que el enemigo había ocupado todos los cuarteles del campo de Tarragona.

En esta situación y temiendo que las tropas españolas sufrieran un asedio, lo que más convenía era ir proveyendo aquél ejército de víveres y bastimentos, adelantándolo por los medios que fuese posible, remitiendo de todas partes cuanto se pudiese. El gobernador de Valencia.....,  con todas veras,  era el más indicado para  ocuparse de la logística  hasta que llegara el duque de Medinaceli  para hacerse cargo del virreinato. Lo primordial  era que el ejército, por ningún caso, carezca de lo que hubiere menester para su sustento mientras arribaba   el cargamento que una flota de    galeras transportaba con destino al puerto de Tarragona. El Consejo de Guerra planteó apoderar al gobernador de Valencia para que pudiera disponer sin limitaciones de  todos los recursos  del virreinato y pagar con ellos a todo aquél que aportase bastimentos, menestras y otros géneros a la causa. Y también para atraer y  premiar la colaboración  de los patronos y gente de las embarcaciones que hay en aquella costa, que están amedrentados.....

Por la misma razón se propuso enviar órdenes a Mallorca para que de todas partes se acudiese con lo que es tan preciso y necesario...Consultado el monarca sobre ello, dio su aprobación a los planes previstos pero exigió  que se fortifique y guarnezca la ciudad de Tortosa con el mayor cuidado y desvelo que sea posible.... En cierto modo, era una forma de agradecer  la fidelidad a la corona de esta población.

El 26 de junio el duque de Medinaceli, aposentado ya en el virreinato, informaba  por carta al secretario del rey,  que habiendo intentado con la ciudad de Valencia que hiciese un préstamo de trigo para ganar algún tiempo en la molienda, no ha podido conseguirlo...Ante esta postura la Junta de Ejecución acordó que, por mediación del   protonotario del Consejo de Aragón,  se intentase de nuevo  escribiendo a la ciudad  (de Valencia) y advirtiéndole que el duque tiene orden para restituirlo del que va de Castilla...

Poco puede ofrecer quien poco tiene.





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