Fue Carlos III quien, en 1763, introdujo en España el juego de la lotería copiando el modelo de Nápoles, donde empezara a ejercer como soberano unos cuantos años antes de llegar a Madrid.
En un principio los sorteos se celebraban a beneficio de hospitales, orfanatos y otras obras pías; o, incluso, en favor de las ánimas del Purgatorio. En vista del éxito del juego, en los años finales del XVIII y principios del XIX se fue introduciendo en los virreinatos de América.
Pero pronto despertó la picaresca; empezaron a circular en Sevilla algunos ejemplares de un papelón con diferentes figuras y números y un librito de instrucciones para el juego de una lotería que ganaba adeptos a diario y acabó levantando las sospechas de la autoridad. ...En las oficinas de lotería hay unas tablas puestas al público con unas estampas en forma de cuadritos pequeños, y en cada una distintas figuras.....como león, mujer, bailarín...,con sus números; y el número que les corresponde es uno de los que han de salir favorable a su juego....Al parecer, el enredo era originario también de Nápoles pero ya había habido tiempo de traducir al castellano las instrucciones, de tal forma que muchas personas, convencidas de su buena suerte, jugaban con dinero a crédito alimentando el vicio y ocasionando importantes desequilibrios en las economías domésticas.
El censor, a petición de la Fiscalía, redactó un informe desfavorable tachando el libro y papeles de supersticiosos y sospechosos de herejía y, por consiguiente, dignos de recogerse conforme a la Bula de Sixto V. Así las cosas, el tribunal de la Inquisición ordenó requisar los ejemplares y prohibir su venta y circulación, además de enviar el expediente al tribunal de Corte (11 de mayo de 1778) para que ordenase averiguar si circulaban más libros de contenido similar y, en caso afirmativo, proceder en consecuencia. Las diligencias practicadas al respecto dieron como resultado que el tal libro y otro separado de Nápoles se vende en la lotería (de la) calle de Los Preciados, frente a la huerta de las Descalzas.
Comentarios
Publicar un comentario