La renta del turrón de la villa de Marchena (Sevilla) se remató en 13 ducados  a Diego de Olmedo para el año en curso.... Pedro de Olmedo no tuvo inconveniente en ejercer de   fiador de su padre  y ambos se obligaron a   abonar al duque de Arcos  la cantidad referida, en tres tercios al año, en moneda usual, añadiendo a la última cuota las costas de la cobranza. (8 de febrero de 1616).

La tradición del turrón  viene de antiguo aunque, por supuesto,  no era bocado que pudieran degustar todos los paladares. 

Desde Murcia, a 5 de diciembre de 1701Martín de Molina, criado del marqués del Zenete, escribía a su señor y le comunicaba el envío de una carga de granadas para que fuera haciendo boca mientras le llegaban  unas arrobetas de pasas y unas cajuelas de turrón que, como menor criado de v.e., me atrevo esta leve insinuación de mi reverente obsequio...(ahí es nada).

El 6 de noviembre de 1751 Francisco Gómez de Bustamante, contador de rentas del duque de Arcos, se dirigía por carta  a Félix Montes, quien se ocupaba de administrar las posesiones del duque en la provincia de Alicante. La casa ducal tenía por costumbre regalar en Navidad aceite y turrón. Por eso era preciso que el 15 de diciembre venidero estuviera en Madrid el total de la mercancía con la que el duque tenía previsto agasajar a sus amistades: 32 toneles de aceite, los 22 de a dos arrobas castellanas...y los 10 de a una arroba...de la mejor calidad. Y  600 cajas de turrón de a dos libras, también castellanas, cada una...Y que vengan dichos géneros bien acondicionados....

Gabriel Escamilla, apoderado del conde de Luque, el 24 de diciembre de 1855, abonaba   432 reales a Francisco Picó (apellido muy vinculado a la tradición turronera), vecino de Córdoba. Era el valor total de 7 docenas de cajas de turrón de a media libra y una docena de a libra, que hacen 54 libras  (a 6 reales cada una), más 6 cajas de almendras peladillas, a 18 reales la caja. El  cosario de Écija se encargó  de transportar los dulces, siguiendo las instrucciones dadas por el conde.

La galera de Antonio Pastrana portaba en diciembre de 1862 un cajón con diez docenas de mantecados de los de Luque, dos docenas de otra clase, dos docenas de bizcochos de yemas, seis pedazos de membrillo,...almendras y unas pocas de bellotas de Luque. El titular de la casa homónima era el destinatario de tan goloso género.

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