A  D.  Pedro de Alvarado, adelantado y capitán general en estas provincias, que fue el que las conquistó, ganó y pobló y a su esposa Dña Beatriz de la Cueva se les había hecho merced de  una bóveda para su entierro en la iglesia  de la ciudad vieja  (Guatemala)  que llevó y desbarató el terremoto del volcán (1541).

En  10 de enero de 1568, Francisco de la Cueva y Leonor de Alvarado, yerno e hija de los anteriores, solicitaban al cabildo de la iglesia  de la ciudad nueva, que se les asignase un lugar en ella para construir a su costa dos  bóvedas donde sepultar los huesos del matrimonio y de D. Pedro Portocarrero, su muy cercano deudo. Pedían también licencia para que en un lienzo de los de la dicha capilla mayor podamos hacer medio arco en que se ponga el busto del dicho adelantado con su epíteto....

Además de correr con todos los gastos,   Francisco de la Cueva ofrecía al cabildo   2140 pesos de principal para suscribir censos, que rentan 150 pesos en cada un año (a razón del 7%),  quedando los religiosos obligados a celebrar por las ánimas de los finados, doce misas mensuales y otras cinco  anuales. De los 150 pesos, 130 los recibiría el capellán y los otros 20 para vino y  cera y ornamentos y fábrica de la iglesia.

Los términos de la negociación incluían también la limosna de otros 100 pesos para que el cabildo  adjudicase a su esposa, Leonor de Alvarado, y a sus hijos y descendientes el asiento que de presente tiene a la entrada de la capilla mayor, junto al púlpito y pilar donde se canta la epístola, en el cuál pueda poner o edificar el dicho su asiento con ladrillos....o piedra grande. 

El acuerdo entre las partes no se hizo esperar y cerrado el trato, de la Cueva pidió que se le reconociese la propiedad de lo que iba a construir. El deán tomó a Francisco por la mano y lo puso de pies en la parte y lugar donde se han  de fabricar los dichos cañones y bóvedas. Y el señor D. Francisco, en señal de posesión, se paseó sobre la dicha tierra......y cavó con una daga en el suelo....Luego hizo lo propio en el lienzo de pared donde se construiría el medio arco y con la daga rompió la pared en señal de posesión. Y en el lugar del asiento de doña Leonor se midió el largor y anchor......en 16 pies de ancho y 12 de largo....Y se paseó por él y cavó tierra.......

Se da la circunstancia de que al otorgar  esta Escritura Pública actuó como testigo, entre otras personas, el insigne  Bernal Díez del Castillo.





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