Al hilo del asunto que traté la semana pasada, las piezas, joyas y plumajes que llegaban de Nueva España para SSMM (Carlos I y su madre, Juana I), se hallaba en las Azores custodiadas por Alonso Dávila y Antonio de Quiñones, a la espera de refuerzos para abordar la última parte de la travesía donde, como sabemos, abundaban los corsarios haciéndose, en este caso y muchos otros, con un botín considerable.
El preciado tesoro que recibieron los reyes viajaba guardado en siete cajas de distintos tamaños y formas, una de ellas redonda, forrada con cuero de venado.
Varios plumajes, con campo azul y de pedrería, o colorado con unos fuegos de oro, o verde de pluma menuda. Todos ellos labrados de oro, con la orladura de pluma azul, o larga verde o de plumas de colores. Unos a manera de muceta, otros de capa o de capilla, cimera, yelmo, penacho, rodela, cosete....... Forrados con cuero de tigre, ....Para quien, como yo, siente curiosidad por conocer el detalle, he aquí unos cuantos ejemplos:
Dos plumajes verdes cimeras con argentería de oro, labrados por medio y por el cabezón, entre las cuales labores hay pluma azul.
Un penacho pequeño con una rueda a manera de estrella, con argentería de oro.
Una cimera con un pico de águila de oro labrada de diversas labores, con argentería de oro, el campo de plumas azul y lo demás de pluma larga verde.
Otra cimera de pluma verde y colorada y azul y encarnada, labrada de argentería de oro, con una medalla de oro en la delantera con ciertos cabellos puestos.
Un águila con pico y alas de oro y plumas.
Un atadero de cabellos que son dos plumajitos con dos pájaros, con argentería de oro.
72 rodelas labradas de pluma verde y de diversos colores, con muchos motivos y otras diversas cosas hechas de oro de extraña manera.
Una rodela labrada de pedrería azul con su cerco de oro. Va con la dicha rodela un cosete de armas de oro, a manera de conchas, con tetas como de mujer, con los pezones azules y el faldamento a bandas azules.
Otro cosete de la misma manera, sin tetas, con una sacrificadura en los pechos al uso que acá se sacrifica.
18 rodelas de plata doradas en oro...
Y entre todas estas y muchas más alhajas, una caña de maíz con sus mazorcas, un cardo hecho de plumas verdes y otra penca de cardos, sin más especificaciones.
Creo que todo esto formaba parte del quinto real que Hernán Cortés enviaba a SSMM en 1522, tras derrotar a Moctezuma y hacerse con parte de su famoso tesoro.
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