La joven Ana de Austria emprendía desde Viena, su lugar de residencia, el largo periplo con destino  a España, donde iba a ejercer  de reina, al haberse desposado por poderes con su tío Felipe II. Para el rey eran sus cuartas  -y últimas-   nupcias en busca del ansiado heredero varón.

 El itinerario  se trazó  por el Rin hasta la frontera de los Países Bajos, donde Ana sería  recibida por   el duque de Alba a mediados del mes de  agosto de 1570. Aún faltaban un par de meses de viaje en barco desde Flandes hasta Laredo, donde al final se produjo la arribada.

Había que equipar los barcos y abastecer sus bodegas como era menester  para que  la real viajera y su séquito gozaran de la mayor comodidad sin abandonar la pompa. Cortinajes de seda, almohadones, ropas fastuosas, perfumes, joyas y viandas al gusto de la ilustre dama componían, junto al mobiliario y  los propios caballos de la reina,  el extenso equipaje que se transportaba.

 Dejando para mejor ocasión otros asuntos, hoy  voy a ocuparme solamente de los manjares y condimentos  que se embarcaron. De esta forma podemos aproximarnos a los gustos y costumbres gastronómicas de la realeza europea en el  último cuarto del siglo XVI.

Bizcocho muy blanco y bizcocho ordinario (el sustituto del pan actual, eran  tortas muy duras de cereales recocidos que había que remojar en agua para su consumo).

Vino clarete; malvasía; blanco de Francia; vino del Rin añejo, muy bueno para la boca de su majestad;  vino de España muy bueno...

Carneros, bueyes vivos, terneras vivas, pollos grandes (300), 400 capones gordos, tórtolas, codornices, palominos. Seis vacas vivas para leche y 50 gallinas ponederas, porque no eran suficientes los 8.000 huevos que se cargaron en los buques.

Carne de buey salada gorda y carne salada ordinaria; lenguas de buey ahumadas; 300 perniles de Maguncia; salchichones de Bolonia; 3 quesos parmesanos; 156 quesos de Holanda.

Manteca de puerco; aceite; vinagre de vino, vinagre de saúco, vinagre rosado; pimienta, jengibre, flor de nuez moscada, cominos, alcaravea, nuez moscada, cominos, azafrán, clavo, canela larga y mostaza.

Miel; almendras; pasas del sol; ciruelas, orejones y otras frutas de Génova; ciruelas pasas; mermelada; carne de membrillo; costra de cidra; naranjas; calabazate; azúcar; bizcocho de azúcar;  confites de canela; canelones; confites de piñones,  de almendras y de avellanas; mostachones.

Aceitunas; tallos de lechugas. 

Arroz; salmón ahumado; salmón, arenques y bacalao salados; escabeches.

Se ordenaba  embarcar también empanadas de capones, faisanes, pavos y de otras suertes, así como de pescados frescos.






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