Las   guerras sostenidas -al menos- durante los reinados de Felipe II, Felipe III y Felipe IV para  defender el imperio,  propiciaron una constante  necesidad  de chusma (esclavos y condenados) para remar en las galeras. 

Los buenas boyas trabajaban como remeros a sueldo. Eran personas libres y sus condiciones laborales eran equiparables a las de la oficialía . Por el contrario, la chusma la constituían los delincuentes condenados a remar durante algunos años  para expurgar sus culpas,  los esclavos que se compraban para tal fin y los cautivos de los ejércitos enemigos. Los grillos, la mala alimentación, el trabajo duro y los golpes que a menudo recibían convirtieron a este colectivo en especialmente vulnerable a enfermedades y traumatismos de todo tipo, de tal modo que   muchos de ellos, sin llegar a cumplir la condena completa, fallecían  o eran dados por inútiles.

El año 1638 la necesidad inexcusable de chusma hizo que Felipe IV ordenara mantener en las galeras a todos los condenados aunque hubiesen cumplido su pena, con la condición de que al final de la campaña se les diese libertad, se les hiciese el mismo tratamiento que a los buenas boyas y se les diese ración y sueldo de soldados......Sin embargo, no se cumplió con los forzados la forma que yo mandé. Y porque si la necesidad llegase a tal grado este año que no se pueda remediar por otro camino, he resuelto que se retenga en las galeras esta gente por sola otra campaña......,entendiéndose esto con los que tuvieren edad y fuerzas para poderla tolerar.

Y como la necesidad obligaba, no quedó más remedio que mejorar las condiciones de la chusma.  Habéis de mirar vos mucho en que se les cumpla, así lo que toca a la ración y sueldo que les tengo concedido como al tratamiento y lo demás que se hace con los buenas boyas, asegurando    que no permitiría contravención alguna  y ordenando  a los ministros de las galeras obedecer escrupulosamente  su real voluntad, ....los cuáles han de remitir certificación de haberse cumplido así.

......Pues no podría ser medio útil para nuestra defensa aquél en que interviniese falta de calidad y de justicia....

(Extracto de una carta del rey al marqués de Villafranca, capitán general de las galeras. Madrid, 24 de enero de 1640).