Diego Caballero, escribano en la Audiencia de Santo Domingo (Isla Española) además de comerciante y explorador, escribía al rey Carlos I (6 de marzo de 1529) para comunicarle el hallazgo de importantes ostiales de perlas en la isla de Coche, que es cuatro leguas de la de Cubagua.
En lo que hasta ahora se ha visto es muy rica cosa, ya que siendo descubiertos una semana antes de Navidad, se cogieron en todo el mes de enero más de 1.500 marcos de perlas. Se preveía que la cosecha anual podía ser de más de 12.000 marcos, además de que cada día se van descubriendo otros (ostiales) mayores. Sabido lo cuál, la corona se beneficiaría de los ingresos tributarios por este concepto; es decir, empezaría a percibir el quinto del valor de las perlas pescadas y, por supuesto, declaradas.
Diego Caballero era conocedor de la dificultad que entrañaba la pesca de perlas. Se necesitaba cierta especialización y solamente algunos indios estaban en condiciones de llevarla a cabo. Había que cuidarlos y por esa razón proponía al rey una serie de medidas a tomar. Veamos:
Que V.M. mandase proveer que en el invierno y tiempos de viento y frío no fuesen los indios a la pesca, salvo en el verano, en días de bonanza y muy templados, en los cuales se ocupasen no más de cuatro horas cada día. Y que no puedan pescar las perlas en más hondo de cuatro brazas.
Cuando los ostiales fueran muy ricos la jornada laboral se reduciría a tres horas diarias pudiendo pescar a ocho brazas de profundidad. Y venidos de la pesquería después de sacadas las perlas, antes y después, no los ocupen en otros trabajos.
Aconsejaba también Caballero que, además de asegurar a los indios diariamente los mantenimientos de pescado, maíz y otros alimentos, se les de a cada uno, cada día, medio cuartillo de vino, que esto les sostendrá mucho.
Que se les proporcionen camisa y calzones doblados, lo uno para ir a la mar y lo otro para des que vienen de la pesquería. Y hamacas o lechos de paja para dormir.
Y que procuren de los casar, pues hay hartas mujeres de la tierra...., con lo cuál no ofenderán a Dios, estarán seguros y la tierra más poblada.
Y que todos los días que hubieren de ir a la mar, luego de mañana, oigan misa, pues lo pueden muy bien hacer.
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