No hay en Galicia artículo mas a propósito para comerciar -después de las sardinas- que el pulpo. Fresco o curado se consume en las poblaciones de la costa y en el interior, .....en muchas calderas al fuego. Hay más de treinta puertos en Galicia donde se pescan y se secan o se curan. Su captura parecía relativamente fácil, de tal modo que quienes se ocupaban en tal menester eran los viejos y los muchachos.
La técnica o método se reduce a ir en un barquito al sitio de los pulpos y dejar caer a plomo una bola de hierro atada a un cordel, sobre ellos. El pulpo a quien tocó la bola, creyendo que es algún pescado, revolviendo hacia arriba sus garras abraza fuertemente la bola y sintiéndolo el muchacho saca fuera el pulpo, le mata, le abre y se pone a secar.
Tal era la abundancia de pulpo que el cura de San Paio de Carreira, que es un puertecillo sobre el mar bravo de Galicia, en el año 1754 había cobrado más de 500 ducados del diezmo del pulpo. Y esperaba percibir 600 el año siguiente. Desde Ribadeo hasta La Guardia, enfrente de Camiña, podían pescarse muchos quintales de pulpo. La venta del mismo en fresco generaba buenos beneficios, pero éstos aumentaban considerablemente si se vendía curado, modalidad ésta muy a propósito no sólo para el comercio interior de Galicia, sino para enviarlo a Castilla y a Madrid; incluso para sacarlo fuera de España en las navegaciones.
Sabiendo el alto precio que alcanzaban los pescados frescos en Madrid desde marzo hasta San Juan, tiempo en que solía estar vedada la pesca, introducir el pulpo curado con vistas a generalizar su consumo en tiempo de cuaresma, aumentaría el comercio -y los beneficios- de forma significativa.....,aunque no todos entrarán a comer pulpo por la novedad, pero habrá infinitos que prefieran un plato de pulpo a un plato de truchuela...
(Comentarios y fragmentos de las recomendaciones de Fray Martín Sarmiento en su obra 660 PLIEGOS: DE HISTORIA NATURAL Y DE TODO GÉNERO DE ERUDICIÓN.....escrita entre 1762-1766)
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