Hoy publico mi artículo número 400 - hay que ver cómo pasa el tiempo- y quiero hacerlo compartiendo  historias de mi tierra, que también es la de algunos de mis lectores, Omaña.

Hagamos un poco de historia: 

El 28 de julio de  1334 ? Alfonso XI concedió un privilegio a los Concejos de Paredes, Omaña, Travesales y La Lomba de Campestredo. Supongo que se trataba del  privilegio del que se hizo un traslado (copia autorizada) en 1380, mediante el cuál el rey ordenaba que no se cobre a los vecinos de los concejos de Paredes de Omaña, Los Travesales y La Lomba de Campestredo más de 10 maravedís a cada uno de fuero y derechos.  

Parece ser que reinando en Castilla Enrique II hizo merced a Juan González de Bazán de algunos territorios, entre ellos la tierra de Villamayor ...con su castro de Beñal  ( aún no se cita el castillo). Era en  marzo de 1369 y este dato nos confirma que estas tierras eran de realengo hasta el momento de la merced. Unos años más tarde  Juan González dio  a su hija Juana Bazán...el dicho concejo de Beñal, Riello y Benavides (así aparece expresado en un inventario de documentos posterior) por vía de dote para su matrimonio con Pedro Suárez de Quiñones, (adelantado mayor de Asturias y León). El casamiento  debió de celebrarse  en 1379, año en el que Juan I, recién sentado en el solio de Castilla,  confirmaba en Burgos la merced que su padre Enrique II había concedido a González de Bazán. Podemos, pues, inferir que en 1379 pasan nuestros concejos a engrosar las posesiones de Pedro Suárez al casarse con Juana Bazán. Después, por donación regia de Enrique III Pedro Suárez recibió los concejos de Paredes, Omaña, Travesales y La Lomba por juro de heredad y, por tanto, la propiedad y el control absoluto sobre los mismos. Así lo demuestran ciertos privilegios   fechados en 1391, 1394 y 1396 donde se estipulaban las cantidades  con las que debían contribuir  los vecinos   a las arcas del adelantado. 

Del 6 de marzo de 1396 data una ejecutoria firmada por Enrique III a favor de Pedro Suárez de  Quiñones. Con ella se daba por finalizado el pleito que  nuestros concejos con sus aldeas, además de los de Luna de Suso y Yuso, Caldas y Ordás,  le movieron al adelantado, comandados por Pedro Álvarez Osorio, otro poderoso caballero que seguramente quería sacar tajada por aquello de "quítate tú que me pongo yo". Alegaban que las mercedes otorgadas por el rey al adelantado sobre los concejos citados no podían tener validez por tratarse de territorios que no eran de realengo, sino que eran behetrías de mar a mar. Dicho de otro modo,  los propios concejos  afirmaban tener  potestad para elegir libremente a su señor, pero en la práctica no resultó ser así y llevaron las de perder en el litigio, ya que el propio Consejo (máximo órgano judicial) confirmaba el señorío a favor de Pedro Suárez de Quiñones al tener en cuenta dos privilegios anteriores  en ese mismo sentido. 

Sabemos que Pedro Suárez de Quiñones en 1402, en sus últimos días y sin descendientes directos,   donaba todos sus bienes a Diego Fernández de Aller, hijo de su hermana Leonor, con la condición de que se cambiara el apellido. En adelante pasó a llamarse Diego Fernández de Quiñones, apodado "el de la buena fortuna". Ese mismo año el rey Enrique III le concedía la merindad de Asturias y León. Un privilegio fechado en 1404 a su favor habla ya del castillo de Beñal (con las debidas reservas porque se trata de un manuscrito-inventario del siglo XVIII). Si  fuera cierto, la construcción de la fortaleza dataría de   la segunda mitad del siglo XIV. 

Diego F. de Quiñones teóricamente gozó de las prebendas señoriales de  nuestra tierra hasta que otorgó su testamento en 1442, fecha en la  que fundaba, en León junto con  su esposa María de Toledo, el mayorazgo de Luna, embrión del futuro condado. A título de curiosidad parece que Diego F. no tuvo inconveniente en autorizar la venta de tres prados,  propiedad de la iglesia  de San Miguel del Río, en La Urz en 1423.  El común de este lugar vendió los tres prados a dos de sus convecinos, Juan y Alonso González, para   emplear el dinero de la venta en la reedificación de la  iglesia.

 Pero las relaciones con los vecindarios no siempre fueron fluidas. Algún contratiempo debió  de ocurrir  que alteró las condiciones del  disfrute de las rentas procedentes de los concejos por parte del señor. No deja de chocar que en 1434 Juan II signaba un privilegio confirmando aquél que había concedido Alfonso XI en 1334 a los cuatro concejos  (al que ya nos hemos referido),....atendiendo a la estrechez de la tierra y que se hacía yerma (se despoblaba) .....,que solo pague de fuero al año cada vecino 10 maravedís y medio...... Por ser tierra en aquél tiempo del príncipe don Enrique ( el futuro Enrique IV). Y además ordenaba  que no entrasen en los concejos jueces de salario, merinos o adelantados, salvo los jueces nombrados por dichos concejos. Es posible que Diego F. de Quiñones en algún momento perdiera el poder sobre los concejos, al menos el poder absoluto. Pero lo recuperó muy pronto, ya que en 1435? y/o 1438  se despachó una ejecutoria a su favor en el pleito que habían iniciado los vecinos de Luna de Suso y  de Yuso, Omaña y La Lomba sobre negarle la jurisdicción, señorío y rentas que tiene en los cuatro concejos. 

Sin embargo, el 14 de julio de 1452 el rey Juan II dirigía una seria advertencia, conminándole  a responder ante la justicia,  a Diego de Laciana (?) en razón de que ....el  mi procurador fiscal y procurador de la mi justicia me hizo relación que vos, con gran osadía y atrevimiento, en menosprecio de la mi justicia, por vuestra propia autoridad, sin mi licencia y mandado, entrasteis y tomasteis y os apoderasteis del lugar de Montrondo. Y habéis llevado las rentas del dicho lugar, por lo cuál incurristeis en graves penas.....Este dato atestigua que en esa fecha, al menos Montrondo era lugar de realengo y sus rentas debían ir a parar a la corona de Castilla.

 Diego Fernández de Quiñones falleció en 1445 dejando como heredero del mayorazgo a su hijo primogénito Pedro Fernández  de Quiñones que llevó las riendas de la casa de Luna  con desigual fortuna y haciendo frente a diversos pleitos en nuestra comarca y en otras. Por ejemplo, en 1448 Juan II redactó una provisión para liquidar un litigio del mayorazgo contra el lugar de Los Bayos,......para  que esté sujeto al estado de Luna. 

Falleció Pedro en 1455 y le sucedió su hijo Diego Fernández de Quiñones (otro Diego). En 1462 el rey Enrique IV le concedía el título de I conde de Luna con motivo del regocijo  por el  nacimiento de su hija (?) y, en principio heredera, Juana la Beltraneja.

 (continuará.......).
















Comentarios

  1. Muy interesante artículo con los datos apropiados para seguir escudriñando en nuestro pasado, enhorabuena Raquel.

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    1. Paco, este afán mío por hurgar en el pasado (que no sé si llamarlo afición o vicio) recibe la mejor de las recompensas cuando hay alguien a quien le interesan mis publicaciones. Infinitas y sinceras GRACIAS.

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